domingo, abril 30, 2017

Katahane no Riku - Volumen 2 - Capitulo 61


Capítulo 61: Palabras de año nuevo


La espada de Leivein era exactamente lo opuesto a la espada plateada de Riku.

En contraste con la espada de plata, la de Leivein era muy curvada. Y su peso no podría compararse con la fina y refinada espada de plata.

Con la gran espada de Leivein, más que cortar en pedazos al enemigo, lo destroza. Él podía blandirla con una sola mano, pero un simple humano, no podría siquiera levantarla con ambas manos.

Y así, sin mostrar ninguna reacción al peso de la gran espada, la blandió.

—Vamos allá, Raimon Barusak.

Aunque estuviera de acuerdo o no con esas palabras, Leivein se acercó a Raimon en un flash.

Su velocidad era como la de una flecha al ser disparada. Con un simple salto, polvo se levantó, y su espada se acercó al cuello de Raimon.

—Hmpth

Pero, no hay manera de que Raimon dejará que cortaran su cabeza tan fácilmente.

Con su espada siendo moldeada tan rápido como si fuera una extremidad suya, se convirtió en una armadura, envolviendo a Raimon. La espada que había cambiado su forma tenía tanto robustez y la nitidez de cortar una mano. Pero aún así es fácilmente repelida por el ataque de Leivein. La espada, que había repelido el ataque de Leivein durante un momento, cambió su forma a una especie de látigo espada, y con esto siendo apuntado al brazo de Leivein, se movió pareciendo ser una serpiente para enrollarse en él.

Mientras tomaba distancia de Raimon, Leivein calmadamente blandió su espada gigante. Mientras se defendía del ataque de Raimon, se sintió como si estuviera esperando la oportunidad de acercarse a él.

—…Tu no lo entiendes, ¿no? Demonio.

Raimon observó las acciones de Leivein.

Aunque Raimon tenía una pequeña sonrisa, en sus adentros, su corazón se sentía frío.

Los demonios normales siendo más que esclavos sería asqueroso.

Además de eso, incluso si sólo había sido por discutir, había llamado a Riku su subordinada, y hasta parece que la atesora al punto de venir a salvarla de este apuro. Para Raimon, incluso si la superfuerza de Riku era de uso para ellos, para que los demonios la elevaran a rango de Coronel, era algo difícil de creer.

En cualquier caso, los demonios no deberían sentir ninguna generosidad hacia una humana domesticada como Riku.

—¿Los demonios no tienen orgullo?

—¿Orgullo? Obviamente tenemos orgullo.— Leivein respondió como si fuera una pregunta inútil.

—Como soldado del ejército del Rey Demonio, luchamos por los ideales de nuestro señor. Ese es el orgullo de nuestra gente.

Si era de uso para el ejército del Rey Demonio, Leivein aceptaría lo que fuera, incluso humanos. Incluso si el humano tenía la sangre de una de las casas espiritistas, eso no cambiaría.

Si Riku no hubiera producido resultados, entonces ya habría tratado con ella, consideró que en sus expectativas quizá habría un error de cálculo. Pero como él esperaba, Riku se dirigía al éxito. No sólo había sobrepasado a los demonios de su generación, también había superado a la mayoría de grandes demonios, siendo capaz de ascender a Coronel.

—No tengo ni un solo arrepentimiento de haber acogido a Riku— Declaró Leivein. En sus ojos azules, no había signo de duda. Viendo al demonio actuando así, Raimon bufó.

—Es así… Es algo que realmente no puedo entender.

Cuando dijo eso, Raimon había sido capaz de comprender qué era lo que le molestaba.

Recientemente, el rumor del [Demonio rojo] comenzó a extenderse por el público.

Se preguntó porque los espiritistas en tan largo servicio no habían podido oponerse a una pequeña niña demonio que usaba alabarda. No le tomó mucho tiempo a Raimon llegar a una conclusión. La edad, el género, color de pelo, y el arma usada: todo eso coincidía con la niña pequeña que desechó.

Pero, no podía entender porque los demonios la habían usado.

Raimon sabía sobre el gran orgullo de los demonios.

Creían que no había nada que no pudieran derrotar con su poder, claramente despreciaban a los humanos. Poseían una gran fuerza que no podía compararse con la de los débiles humanos, estaban orgullosos de su esperanza de vida, que no podía compararse a la de los humanos en años.

Es por eso que no había manera de que fueran tan generosos con alguien de la raza de la que se suponía que eran enemigos y que despreciaban. Es más, hasta que Raimon vio a Riku con sus propios ojos, solo se había auto-convencido de que esa persona era Riku.

Pero ahora lo había entendido, no había razón para dudar más. Sin parar de atacar a Leivein, Raimon dijo:

—Todo lo que entiendo de esto es que sois simples perros del ejército del Rey Demonio.

Los susurros de Raimon no contenían ningún tipo de emoción.

No había sentimientos de odio hacia los demonios o de felicidad por poder acabar con un demonio. Su voz le hizo sentir a Leivein un mal presentimiento.

—Tu… ¿No has jurado lealtad a tu Rey?

Mientras atacaba sin descansar un segundo, Leivein preguntó.

—Por supuesto que he jurado lealtad. Bueno, pero realmente no tengo tiempo para estar discutiendo con un mero demonio.

Raimon puso mucha fuerza en su espada. Una luz pálida sale de la punta al mango de la espada. Y entonces, cuando el brillo alcanzó el mango de la espada, la espada se dividió en dos como una flor floreciendo.

—Necesito matar a este demonio para poder castigar a Riku.

La situación en la plaza de la fuente de agua era una lucha caótica donde la sangre volaba por doquier.

Cerca del centro, Leivein Adlar y Raimon Barusak se restringían mutuamente mientras los demonios más excepcionales y espiritistas más hábiles peleaban en sus alrededores compitiendo con sus espadas.

Lo único afortunado sobre esto era que no había ciudadanos que hubieran visto el tumulto. El sonido de la calle principal cercana ahogaba el de la plaza de la fuente.

Pero aún así, la gente sensible a las intenciones de matar podrían notarlo.

Aunque Riku corriera a un callejón lejos de la plaza, sería capaz de notar todo ese tumulto. Bajando su velocidad, acabó girando su cabeza dirección a la plaza.

—Por favor, no pierdas tiempo Coronel Riku Barusak.

Con como Riku estaba actuando, Piguro Obis advirtió a Riku con una expresión exhausta.

Junto con Piguro, Riku corrió a través del callejón donde no había nadie. Mientras mantenía bajo control su brazo cortado de alguna manera, se movía para salir de la Capital Real.

Por supuesto, Riku quería luchar también. Aunque hubiera perdido su brazo dominante, todavía podía luchar con el izquierdo. Todavía tenía su espada. Podría blandir su espada incluso con su mano izquierda. Aunque no fuera su mano dominante, sería capaz de luchar. Si trabajara junto a Leivein, podrían acabar con Raimon.

Pero hay una razón por la que Riku se está alejando de la plaza pese a todo.

—Es tal como te dije antes. Ya has acabado tu misión. Es importante para ti escapar de la Capital Real.

—Pero… Oficial de personal Piguro.

—En tu estado actual, solo serías un obstáculo para Leivein Adlar.— Declaró Piguro.

Un obstáculo para Leivein. En su situación actual, excepto por esas palabras, nada la habría hecho obedecer.

No solo perdió su brazo dominante, sino que el enemigo sabía su verdadero nombre. Si lo usara a su favor sería terrible.

A menos que la persona objetivo sea directamente confrontada, el verdadero nombre no causaría efecto.

Por ejemplo, si Piguro, que estaba del lado de Riku, dijera algo como “Rinkus Barusak, suicídate”, probablemente ella se apuñalaría con la espada que portaba ahora mismo.

Pero, si Raimon, que estaba en la plaza de la fuente, dijera algo parecido, no habría mucho efecto. Si la persona objetivo no está en cierto rango, el verdadero nombre no tiene poder.

Era posible entender esto incluso para Riku.

En simples palabras, la razón por la que era así es “porque no alcanza los oídos de Riku”

Pero… esta última vez, las condiciones se cumplían.

Aún así, por alguna razón, el efecto de alcanzar el alma de Riku al decir su verdadero nombre no se mostró. Era algo que Riku no entendía.

—Una cosa, por qué… ¿Por qué no funcionó el efecto del auténtico nombre?

Piguro suspiró en sorpresa al murmullo de Riku.

Desde la perspectiva de Riku del costado de Piguro, parecía como cuando Vrusto se quejaba por algo.

—Tu, ¿lo olvidaste?

—¿Olvidar dices?

—Haaa… Hasta ahora, ¿cuántas veces ha usado alguien tu verdadero nombre en ti?

Siendo preguntada por Piguro, Riku comenzó a preguntárselo.

Por lo que puede recordar, considerando esta vez, solo ocurrió en dos ocasiones.

Incluso si alguien tenía que vivir junto a otra persona en la misma casa, sería muy raro para ellos conocer su verdadero nombre. Es más, excepto por los padres biológicos o los esposos, no había razón para que la gente supiera los nombres verdaderos de los demás.

Los únicos que conocen su verdadero nombre son Raimon y Leivein.

—Sin contar lo de hoy, solo fue una sola vez.

—Si. …Entonces, deberías saberlo, ¿no? ¿qué te dijo Leivein aquella vez?

Riku se sumergió en las memorias de su pasado lejano.

Algunas partes estaban borrosas, pero, podía recordar claramente cuando habló con Leivein aquella vez.

En la ciudad portuaria de Perikka, Leivein acabó con algunos comerciantes de esclavos.

Sin siquiera limpiarse la sangre salpicada, se giró a Riku mientras sostenía su espada. Mientras miraba a Riku con sus ojos azules contrastando su apariencia fiera, dijo esas palabras.

—“Si te dejo sola como estás, acabarás siendo atrapada por los amigos de estos chicos”… Eso fue.

—No después de todo.

Siendo refutada por Piguro, Riku frunció el ceño.

Leivein levantó a Riku por la nuca como si fuera a retorcerle el cuello. Riku sintió como se llenaba de miedo al tener que decir su verdadero nombre aquella vez. Pero, tras mirar aquellos ojos, extrañamente, su miedo desapareció un poco.

—“Ya que vas a morir de todas maneras, sígueme. Mientras tengas esta vida que he salvado, usa tu poder para el bien del ejército del Rey Demonio y muere por su bien”…?

Para la Riku de aquellos tiempos, esas palabras eran como una sentencia de muerte, y también fueron las que salvaron a Riku.

Si no hubiera sido por aquellas palabras, ¿Cuánto tiempo habría estado sin rumbo viviendo un infierno? Sin duda, habría acabado muriendo de hambre, o quizá haber acabado como esclava siendo vendida.

En cualquier caso, no había futuro para ella.

Escuchando la respuesta de Riku, Piguro arregló sus gafas.

—Eso es correcto. Eso es exactamente. Esa es la primera y la única vez que Leivein te ha ordenado algo usando tu auténtico nombre.

Escuchando la respuesta de Piguro, Riku se hizo incapaz de decir nada.

—En otras palabras, desde el comienzo… ¿El Capitán Leivein usó mi verdadero nombre para asegurarse de que me mantenía luchando por el bien del ejército del Rey demonio?

—Si no hubiera sido por eso, yo mismo te habría matado, ya ves. Si hubieras sido una espía de la familia Barusak o algo así, habría llevado a pérdidas en el ejército del Rey Demonio, y además…

Tras decir eso hasta ese punto, Piguro se detuvo.

Y al mismo tiempo que hizo aquello, Riku también detuvo sus pasos. No se sintió intención asesina, pero algo se acercaba a ellos. No había hostilidad. Pero, sintió algo malo que le provocó un escalofrío. Riku alzó su espada de plata cubierta de sangre con su mano izquierda.

—Coronel. No bajes la guardia.

Piguro también movió su mano a la espada de su cintura.

Y entonces, los dos miraron a las profundidades del callejón frente a ellos. La sombra se acercaba lentamente, y finalmente la figura de una sombra que andaba dubitativamente se hizo clara.

—¿Eh?

El chico de pelo plateado que solo podía ser llamado apuesto actuaba como si hubiera recibido un golpe. En el instante que vio a Riku, el arco que cargaba se le cayó de las manos.

Y entonces, el chico dijo unas palabras que no habían sido dichas en diez años.

—¿Riku…ane?

La hermana mayor se ha encontrado de nuevo con el chico de cabello plateado.




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