domingo, abril 30, 2017

Katahane no Riku - Volumen 2 - Capitulo 62


Capítulo 62: Hermano y Hermana


El chico de pelo plateado no estaba en guardia contra Riku. Sin portar ningún arma, se acercó a ella indefenso.

Riku pensó que la miraría con desprecio justo como Raimon Barusak y Toudo Barusak. Pero, parece que no tenía tales sentimientos.

—Riku-ane… Algo así, ¿Cómo?

La voz de Rook era ronca. Una voz ronca cargada de dolor, y su rostro estaba lleno de sorpresa. Sus ojos estaban tan abiertos como era posible, y su boca se abrió en círculo de una manera estúpida.

Parece que no había sido advertido de esto por Raimon, su reacción era claramente diferente de la de Toudou Barusak, quien se adaptó a la realidad ante sus ojos inmediatamente.

También había otro punto en su mirada que era raro desde la perspectiva de Riku.

Si Riku no ha escuchado mal, ahora mismo, acaba de ser llamada “Riku-ane”. En otras palabras, Rook reconoció a Riku apropiadamente como hermana mayor. ¿Qué significado tiene esto?

Mirando a Rook, Riku declaró, escupiendo las palabras de su boca.

—¿Ane? Puede ser… ¿Qué realmente todavía piensas de ti como mi hermano?

Con una expresión que parecía estar preguntando porque parecía querer matarlo, algo se rompió dentro de Riku.

—Si, si no respondes, parece que tendré que cambiar la forma de preguntarlo. Rook Barusak… ¿Cómo te atreves a llamarme “hermana”?

—Eh… pero, ¿no es… Raku-ane mi hermana mayor?

Con esas palabras, superó el límite de Riku. La expresión de Rook, tono de voz, comportamiento, todo sacó a Riku de sus casillas. Mientras chirriaba sus dientes y empuñaba su espada de plata, dirigió su mirada hacia Piguro.

—Oficial de personal Piguro, mataré a este… No, lo voy a capturar.

Riku lamió sus labios.

Todo lo que se suponía que debía hacer era dejar el resto a Leivein y escapar de la Capital real. Riku estaba muy frustrada con esto. Esta vez, era un obstáculo para Leivein, y solo podía escapar. Hasta ahora, su frustración la desahogaba apretando su puño. Pero, no pudo haber imaginado que en un lugar tan inesperado tal regalo caería en sus manos.

Riku no podía soportarlo más, el sentimiento de tener el estómago vacío por no haber sido capaz de comer adecuadamente la cena, pero entonces, tal gran postre se muestra ante ella, es imposible controlarse.

—¿Capturar? ¿Estás planeando capturarlo vivo?

—Por supuesto, para hacerlo más fácil de transportar, puedo cortarle brazos y piernas.

Dentro de la mente de Riku, ya había comenzado a pensar métodos para capturar a Rook.

Por ahora, el pensamiento de cortar sus manos y pies y llevarlo a casa.

Y tras ello, disfrutaría de un tiempo divertido con él. Le arrancaría los ojos, bloquearía su nariz. Ya que su boca parece ser molesta, sería bueno coserla, pero si hace eso no sería capaz de escuchar los gratificantes gritos de dolor. Es por eso que sería mejor no silenciarlo hasta el último momento.

—¿Hmm?

En ese instante, Riku se dio cuenta que Rook había murmurado algo.

Mientras aún temblaba, Rook murmuró algo para sí mismo como si quisiera confirmar algo. La mirada perdida de Rook la atravesaba, como si no la miraran a ella, sino a otra cosa.

Quizá Rook estuviera pretendiendo haber perdido la mente y estaba mirando algún lugar. Riku forzó sus oídos e intentó escuchar lo que estaba murmurando, pero no era capaz de entender nada.

—…Esto debe ser el mundo secuela que fue lanzado tras mi muerte. Si, debe ser eso. Y aquí Riku-ane se volvió un enemigo. Que una heroína sea enemiga es algo muy común en el desarrollo, sí. Es por eso, esto no es mi culpa…

Riku frunció el ceño ante esos desvaríos.

Él, que estaba frente a Riku estaba respirando pesadamente. Estaba diciendo algo de que había muerto, o de desarrollo y más cosas cuyo significado no entendía.

Todo lo que fue capaz de entender es “No es mi culpa”.

—…Rook Barusak

—¡Ri-Riku-ane! ¡Estabas viva!

Tras haber sido llamado por Riku en voz baja, Rook respondió de una manera tal como si las palabras anteriores de Riku fueran aire.

Y entonces, como recibiendo a Riku, extendió sus dos manos. La forma en la que se acercaba a ella con sus brazos extendidos mientras su voz temblaba podría haberse considerado cómica, o realmente extraño, definitivamente no está cuerdo.

—En aquel momento que Riku-ane cayó, pensé en salvarte, pero… Lo siento. No era capaz de estirar mi mano hacia ti. De hecho, con padre agarrándote por la nuca… ¡E-Eso era imposible para mí!

Mientras parecía que sus ojos se saldrían de sus órbitas, dijo aquellas palabras.

—No sabía que Riku-ane estaba en la armada del Rey Demonio, pero es bueno saber que estás viva. Es realmente bueno. Es por eso, que debemos irnos a casa juntos. No necesitas sufrir más trabajando para el Rey Demonio. ¡Convenceré a padre de alguna manera!

—¿Tu convenciendo a Padre?

—¡Eso es! Lo convenceré, ¡Y entonces podremos vivir juntos en paz de nuevo!

Riku estaba intentando no reír ante las buenas y honestas palabras que Rook decía. Pero entonces, con esas últimas palabras. Sin ser capaz de aguantarse más, acabó riendo en voz alta, una voz que resonó por todo el callejón. Mientras sostenía su estómago aún teniendo la espada en sus manos, hasta lágrimas salieron de la risa.

—¡¡Aha, hahahahaha!! Hey, ¿estabas planeando matarme de la risa?

—¿D-de qué…estás hablando?

—Es que es muy cómico, ¿por qué las chicas bajan su cola ante un chico como este?

En el fondo de la mente de Riku, las imágenes de las chicas que había enfrentado aparecieron.

La pequeña niña que blandía su espada por el bien de Rook mientras hablaba mal.

La espía que traicionó al Rey Demonio y prestó su fuerza a Rook.

La excéntrica maid que creyó que Rook guiaría a los Barusak.

Y la Reina Demonio provisional que bajó su cola tras intercambiar dos o tres palabras con él.

El Rook que esas chicas veían era alguien lleno de compasión que sería capaz de liderar a la gente en el futuro. Era más gentil que nadie, bendecido con un excepcional talento, y buscaba una forma de conseguir la paz con los demonios, que eran odiados por todos.

Si creyera completamente los motivos de esas chicas, debería haber sido alguien que diera una impresión favorable.

Pero realmente lo que Riku podía ver era… no podía imaginarlo como alguien fascinante.

Sus ojos estaban exaltados y sus palabras temblaban. Quería escapar de la realidad donde había abandonado a Riku a la muerte, y por alguna lógica sin sentido, trató de justificarse.

—Realmente estás… No puedes ni siquiera alcanzar la suela del zapato del Capitán Leivein.

Excepto por el único punto bueno de Rook, que era su aspecto que parece haber sido hecho por Dios, no había absolutamente nada más bueno en él. Todo ese batallón de mujeres que habían caído ante Rook hasta ahora debían tener malos ojos para los hombres. Eso, o quizá estaba usando alguna poción de amor en ellas.

—Suficiente… Coronel Riku, ¿No se parece un poco a ti?

—¿…Has dicho algo, Oficial de Personal?

—No, nada. Si vas a tomar cuidado de eso, por favor date prisa. No tenemos tiempo.

Diciendo solo eso, cruzó los brazos y no dijo nada más. Así expresaba que dejaría el resto a Riku.

Diciendo “entendido” en voz baja, preparó la espada plateada. Antes de que pudiera escuchar el sonido de la vaina cayendo al suelo, Riku ya había pateado el suelo y en un instante se había acercado frente a los ojos de Rook, y con todas sus fuerzas blandió su espada. Pero, aunque Rook estuviera así, era el siguiente cabeza de familia de los Barusak. Rook dobló su cuerpo hacia atrás rápidamente, y todo esto ocurrió simplemente con la vaina de la espada en su mejilla.

—¡Ca-cálmate, Riku-ane!— con una voz temblorosa, Rook habló.

Pero, no hay manera de que Riku detenga sus ataques. Él no blandía su espada, y no mostró ninguna señal de usar su arco. Todo lo que hacía era decir cosas irrazonables una tras otra mientras evadía los ataques de Riku. Ni siquiera era una batalla defensiva, sólo un acto estúpido.

—…Riku-ane,¡por favor escúchame!

—Cállate.

Finalmente, Riku sintió que acabaría matándolo.

Ese pensamiento cruzó su mente. Este sentimiento también se reflejó en su espada. El punto al que apuntaba a los hombros de Rook ahora apunta a su cuello. Sin ser capaz de reaccionar al ataque dirigido a su cuello, saltó hacia atrás. Mientras esquivaba el ataque saltando, tomó distancia de Riku.

—Riku-ane, ¿por qué… cómo pasó esto.. esto..? ¡Ah!

Sus ojos que estaban mirando el rostro de Riku hace unos momentos, finalmente se fijaron en la espada que Riku blandía.

Los ojos de Rook que estaban llenos de confusión comenzaron a mostrar signos de enfado. La razón por ello no era algo difícil de ver. Mientras sonreía felizmente, Riku cortó el aire con su espada.

—¿Puede que esto te resulte familiar?

La espada de plata que Riku estaba usando solía ser la de Celestina Bistolru.

Celestina era alguien que realmente no podría considerarse un problema para Riku, fue una pequeña molestia que Riku eliminó antes de que pudiera siquiera notar su identidad. Riku recordó que era una persona sin importancia, pero a pesar de ello era líder de una familia espiritista, y la amiga de la infancia de Rook.

—Ri-Riku-ane… E-eso, como… ¿de dónde lo has sacado?

El rostro de Rook comenzó a cambiar.

Su rostro aún estaba perplejo, pero mostraba signos de empezar a estar muy molesto. Esa era exactamente la expresión que Riku quería ver. No había significado en derrotar a alguien que no se resistiría si luego no podía torturarlo. Si realmente no hubiera aplacado sus ataques y lo hubiera matado, no sería capaz de sumergirse en un sentimiento más profundo más tarde.

Es por eso que Riku decidió molestar a Rook.

—Ah… Esta fue la espada de alguna chica espiritista que luchaba en Myuuz. Tras morir, la recogí de su cadáver. Realmente debe ser un honor para ella que yo use esta espada. Su anterior dueña era demasiado débil después de todo. Fue realmente fácil cortarle la cabeza en un instante.

—¡¿Cortar… su cabeza?!

En el instante que Riku dijo esas palabras, Rook preparó su espada.

El Rook de hace unos instantes había cambiado completamente, y observó a Riku con una mirada violenta. Debido a su enfado, parece que el aire se estremeció.

—Celestina-chan… ¡¿Cómo te atreviste a matarla?!

El grito hizo el callejón temblar.

Mientras miraba a Riku como si fuera a vengarse de la muerte de sus padres, cargó contra Riku enloquecido. Riku se estremeció ante el ataque sin un atisbo de duda. Por supuesto no era por miedo. Era un sentimiento encantador, Con la felicidad llenando su cuerpo, su temblor incrementó, y su mente comenzó a gritarle que eliminará el enemigo frente a sus ojos.

Empuñando su espada y preparándose para confrontar al enemigo, Riku lo provocó con ciertas palabras.

—Estúpido. El que mató a Celestina Bistolru… no fue otro que tu mismo… Rook Barusak.




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