sábado, abril 29, 2017

Katahane no Riku - Volumen 1 - Capitulo 14



Capítulo 14: Bola de Fuego


Una bola de fuego ardiente apareció frente a sus ojos.


Estaba a tan solo 3 pasos de distancia de ella y con el fin de repeler el ataque, giro su alabarda para cubrirse a tiempo. La bola de fuego hizo un débil sonido y se disipo.


Justo después, Riku salto hacia atrás, aterrizando con su mano izquierda en el suelo.




Irritada, miro a los alrededores y se dio cuenta de que las expresiones de los espiritistas habían cambiado ligeramente. En general, sus rostros se habían vuelto mucho más brillantes. Si hubiera que ponerlo en palabras, las expresiones que tenían eran como si tuvieran la esperanza de ganar.


Mirando ese tipo de caras, a ella le daban ganas de hacer *chas* y cortarle a todos sus lenguas.


—¿Quién fue el que disparo eso?


Por supuesto que no había nadie que respondiera.


Mientras ella se calmaba, comprobó las caras de cada espiritista y como si fuera un sustituto de su respuesta, otra bola de fuego se disparó.


Esta vez, ella sabía de donde venía. Pero aun así, la bola de fuego de esta vez, parecía más difícil de evadir.


Viniendo diagonalmente desde adelante se acercaba tan rápido que dejaría a los demonios, quienes presumen de su fuerza física, en vergüenza.


Defendiéndose de la bola de fuego con su alabarda, ella fijo sus ojos en el espiritista que le había disparado.


En medio de una multitud de espiritistas, quienes ingenuamente tenían expresiones de esperanza, ahora, donde ella estaba mirando, no había ningún solo espiritista con una cara seria.


—El de antes… fuiste tú ¿verdad?


El espiritista usaba una ballesta. Pero también tenía una espada, pero parece que su arma principal es la ballesta. Justo al lado de su espada, estaba el carcaj¹.


Claramente al mirarlo, el no sería diferente de cualquier otro simple espiritista. Pero, también era verdad que el mismo espiritista había lanzado una bola de fuego y ya que este era el caso, Riku dejó escapar una sonrisa.


—Qué alivio… Todavía quedaba una cabeza de buena calidad en esta fortaleza.


Riku se acordó de algo que había aprendido hace mucho tiempo.


Infundiendo el poder de prohibición demoníaca en su equipo. Cualquier espiritista podría usar una técnica tan básica y sencilla. Pero para los espiritistas que tenían talento, ellos estarían en un nivel superior.


—No recuerdo los detalles, pero era posible infundir un atributo en el arma, ¿verdad?. En este caso, debes estar poniéndole el atributo “fuego” a la flecha.


Sin querer, ella sonrió.


De regreso a cuando ella quería convertirse en una espiritista, algo como infundir su atributo era un sueño, no, se podría decir que era un sueño dentro de otro sueño, era algo inimaginable. Pero ahora, eso ya no importaba.


—Lo sabes bien, chica demonio.


El espiritista que usaba la ballesta le hablo lentamente. Él la miraba como si quisiera confirmar algo.


—¿Es así?. Es solo sentido común ¿no?. Bueno, entonces…


Riku estaba girando su alabarda entre sus manos. Al parecer, de todos los espiritistas reunidos allí, solo el espiritista con la ballesta tenía una fuerza considerable. En otras palabras, si ella lo derrotaba, entonces el resto en realidad no importaba.


—¿De qué familia eres?. Dependiendo de lo que digas, puedo ir fácil contigo si lo deseas.


—¡No hables disparates chica demonio!


El espiritista frunció el ceño.


Con su mano saco 5 flechas de su carcaj y las disparo todas a la vez en dirección a Riku.


Las 5 flechas volaron como un alcohol buscando a su presa, haciendo un sonido al cortar el aire. A medida que avanzaban, en un instante comenzaron a arder. Era más rápido y preciso que su último ataque. Al aproximarse, por el sonido que hacía, era como si un trueno se estuviera acercando.


Una vez más, para desviar la bola de fuego Riku balanceo su alabarda. Pero como si quisieran rodear a Riku, las 5 bolas de fuego aumentaron su tamaño. En un abrir y cerrar de ojos, Riku fue envuelta por las llamas.


—Hmph, muy fácil. Al frente de nosotros, los espiritista de la Familia Bistolru, los demonios son solamente basura.


El espiritista aparto la ballesta a un lado mientras resoplaba. Los espiritistas se reunieron a su alrededor y empezaron a animarlo.


—¡Como se esperaba! ¡Digno de confiarle la fortaleza, Celestino-sama!


—Eso fue increíble! ¡Por favor, enséñame a hacerlo!


—¡Eres muy poderoso!. Realmente… ¿Eh?


Los aplausos terminaron allí.


El ultimo comentario fue interrumpido abruptamente, en lugar de continuar con sus palabras, un grito perforaba en los oídos de todos en su lugar.


Debido a eso, el espiritista de la ballesta junto a los otros animados espiritistas se giraron rápidamente hacia atrás.


—Por lo tanto, eres un espiritista de Bistolru.


La alabarda disipo el fuego que la estaba rodeando.


Desde el interior del fuego, completamente ilesa, apareció la figura de Riku. Su uniforme militar estaba más o manos quemado en la parte de abajo, pero eso era todo. Ella no se veía como alguien que había estado en el fuego.


—Entonces, no necesito contenerme. A pesar de que estaba pensando en ir fácil si se trataba de los espiritistas de Barusak.


Riku se dirigió lentamente hacia ellos, mientras giraba su alabarda como si fuera una enviada del infierno. Ella audazmente les sonreía.


El espiritista de la ballesta una vez más saco otra flecha. Pero ya era demasiado. Riku había cerrado la distancia entre ellos de una sola vez.


Saltando en medio de los gritos de los espiritistas, decapitaba las cabezas con su alabarda, mientras que la sangre salpicaba por los alrededores como un manantial.


Con el fin de salvar a sus compañeros, él quería usar su ballesta, pero si disparara ahora, podría terminar golpeándolos en su lugar.


—Su fueras un Barusak, te habría arrinconado hasta el punto de que desearías que te matara. Pero como iba a ir fácil, no los mataría. Me gustaría mantenerlos con vida para que colgaran por el acantilado. Pero como soy amable, no les cortaría la cabeza hasta que murieran. Pero eres un espiritista de Bistooru, así que no necesito ser amable.


El espiritista tiro su ballesta y en su lugar, utilizo su espada, apuntándola hacia ella. Su arma principal era la ballesta, pero no podía decir que era malo usando la espada. El espiritista corrió hacia Riku.


Estaba usando una roja armadura, pero todavía tenía puntos débiles. Por ejemplo, los lugares comunes en una armadura. En sí, era resistente, pero el interior era frágil.


Cubriendo su espada en llamas, el espiritista siguió adelante, tenía un físico que se notaba que había pasado mucho tiempo entrenando.


Tomando como objetivo el cuello de Riku, apunto a ese indefenso lugar y el espiritista clavo su espada en ella. Pero…


—Los voy a matar como de costumbre.


La chica cubierta de sangre, rápidamente eludió su ataque. Su movimiento fue casi como un paso de baile. Perdiendo su objetivo, el espiritista se tropezó hacia adelante y Riku se dirigió a él. Estaba atrás de su espalda…


—Adiós, señor de la ballesta.


… Ella le corto la cabeza.


No había nadie capaz de detenerla. Alzo la cabeza que recién había cortado y les dio una sonrisa a los espiritistas que quedaban.


—Bueno, entonces, ¿qué debo hacer con el resto de ustedes?


—¡¡Mátenla!! ¡¡Debemos vengarnos!!


Alguien gritó y con esas palabras, los presiono a actuar. Los espiritistas comenzaron a blandir sus espadas.


Los espiritista iban hacia adelante con sus rostros retorciéndose del miedo, se vean un poco lamentables. En un instante, el lugar se convirtió en el mismísimo infierno.


Riku cubierta de sangre masacro a los espiritistas, uno tras otro mientras sonreía. El tiempo que tardo, fue suficiente como para hacer que el pasillo que fue limpiado con anterioridad hasta brillar, se convirtiera en un mar de sangre.


—Co-como… ¡¡Voy a morir!! ¡Huyamos!


Desafortunadamente, habían algunos espiritistas que huían.


Si de alguna manera sobrevivieran espiritistas, entonces los espiritistas que eran de Barusak serían capaces de retirarse a su base. Si dejaba que hagan eso, la presencia de los espiritistas solo estaría en las llanuras. Pero ahora solo habían 2 personas que quedaba en la fortaleza.


Uno que acababa de morir, mientras que el otro seguía corriendo hacia la salida. Si Riku descubriese que era un Barusak, aunque ella había dicho que iría fácil, obviamente solo iba a ser una tortura. Es por eso que su única opción era huir.


—¡Maldición! ¿¡ Qu-qué hice para merecer esto!?


Forzando su camino a través de la pesada puerta, corrió hasta las llanuras, las cuales estaban ubicados abajo de las montañas. Su objetivo era llegar al campamento del General Toudo. No sólo iba a recibir protección, sino que también, era necesario informar acerca de la caída de la fortaleza.


Por supuesto, que la mayor parte era por su deseo de huir, pero había un poco de sentido en sus acciones.


—No importa lo fuerte que sea ese demonio. ¡No puede ser enemigo de los generales! ¡Rápidamente necesito reportar esto!


Iba por las montañas y tenía su piel arañada por pasar a través de los árboles, también sentía como sus ojos eran golpeados por las ramas. Pero no importaba, el siguió corriendo. Sólo siguió su camino por la montaña. Y entonces…


—Fugado, una persona detectada.


Repentinamente fue desgarrado con unas garras afiladas.


El lugar donde fue herido, estaba sangrando. Cuando empezó a perder la conciencia se dio cuenta que unos 40 demonios lo rodeaban.


—Puesto que se escapó, entonces eso significa que, ¿terminaron las cosas en la fortaleza?


—¡Suboficial!. La bandera de la fortaleza fue sacada. Parece que termino.


—Ya veo. Entonces regresemos. Hey alguien acabe con este tipo. En lugar de dejarlo vivir con esas heridas, es mejor que simplemente muera.


Junto con esas palabras, la poca conciencia que le quedaba al espiritista de Barusak, fue cortada.


La caída dela fortaleza no se dio a conocer a los espiritistas en las llanuras. Si ellos hubieran sido capaces de obtener esta información, tal vez, el resultado podría haber cambiado. Si fueran a enviar a alguien para comprobar la fortaleza antes de ir a la guerra de nuevo, tal vez, podrían haber visto el momento en que la bandera fue retirada. Sin embargo, tanto los espiritistas como los demonios en el castillo Myuuz, no pensaron en confirmar esto.


Era como si la posibilidad en sí, hubiera quedado fuera de sus cabezas. Como si ellos solo pudieran ver al enemigo delante de ellos y a ninguno más.


Tener este irrazonable concepto en sus cabezas les había impedido ser conscientes de la fortaleza.


Con ambos ejércitos sin darse cuenta de lo que estaba pasando en la fortaleza, la guerra iba a comenzar.


Y la [Batalla del Castillo Myuuz]; una guerra que terminaría en una histórica derrota, ahora estaba a punto de comenzar.




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