LV999
Villager
Volumen
1 - Capítulo 3 - Parte 1
“Kagami-san, despierta. Vamos, tienes
que ir y saludar a Menou.”
“¿Nn? Aah-… Déjame dormir…por ocho horas
más.”
“Date prisa y levántate ya. De otra
forma, Takako-san vendrá a despertarte, ¿sabes?”
“Estoy despierto.”
Era de mañana en Balman. El ataque de la
Armada del Rey Demonio había ocurrido el día anterior. Las casas que habían
sido destruidas estaban ahora siendo reparadas y las personas lesionadas
estaban siendo tratadas. A pesar de ser una hora próxima a la madrugada, la
ciudad estaba llena de gente. La escena de Monjes y Artesanos diligentemente
yendo y viniendo podía verse desde la ventana de la posada.
La noche anterior, Kagami había
regresado a la ciudad después de matar a todos los monstruos y mentir sobre la
huida del Demonio, estableciendo con ello el estado de la situación. Fue
interrogado por Aventureros de diversos niveles y por el Grupo del Héroe, ya
que querían saber cómo los había derrotado. Posteriormente, se llevó a Alice y
a Takako de vuelta a la posada y les contó la verdad.
“Ha sido un tiempo desde que vi a Menou…
(NT: Volviendo al presente) Vamos, Kagami-san, cámbiate ya, ¡cámbiate ya!”
“¡Kyaaa, Alice es una pervertida! Geez,
no seas tan exigente. Estoy seguro de que el ojisan está esperando. Ya le dije
que iríamos a saludarle alrededor del mediodía.”
Alice sonrió radiantemente y por la
fuerza le quitó el futón a Kagami.
“Estoy seguro de que te mereces al menos
un rango S por tomar el futón lejos de mí con esa sonrisa. En realidad, ¿por
qué has estado tan radiante desde ayer?”
“Como Kagami-san no gastó aliento para
derrotar a Menou nos encontraremos con él, y tendré la oportunidad de hablar
apropiadamente con él. Estoy realmente feliz.”
Alice estaba eufórica y también dijo
“Kagami-san, gracias”. Cuando él vio su
deslumbrante sonrisa, pensó en los filetes negros (N.T.:refiriéndose a los Hell
Crows) que había comido ayer alegremente y tomó daño mental. A pesar de que
pensaba sobre el oro que había salvado, su corazón aún dolía, de alguna manera.
“Ahora que lo pienso, Kagami-san, ¿qué
hiciste con esa gran cantidad de gemas y oro que estabas cargando ayer?”
“La deposité toda, ya que no hay manera
de llevarla. Fue una cosecha inesperada.”
Todas las joyas que habían sido arrojadas
por los Hell Crows habían llegado a un total de 51 de Oro y 900 de Plata. Mejor
que dar la mitad a la gente del pueblo para los gastos del reparo de la ciudad,
había depositado rápidamente todo ello en su caja fuerte del Gremio .
Tenía una cuenta registrada en el
Gremio, así que cualquier otro edificio del Gremio se convertiría en una
sucursal de la que poder retirar dinero.
Desde que el Gremio existía alrededor de
todo el mundo, muchos de los Aventureros lo usaban. Era el banco más seguro,
así que podían utilizarlo sin ninguna preocupación. También había un comisión
de 1 de Plata por cada retiro, por lo que los que no eran Aventureros pocas
veces lo utilizaban.
“¿Takako-chan aún no está de vuelta?
Después de cenar ayer dijo que iba a echar un vistazo a los horrores de su Bar
Club, pero parecía como si no hubiera ido allí.”
“Volvió una vez, pero de inmediato fue a
ayudar a la gente de la ciudad. Dijo que era importante socializar con los
vecinos.”
En respuesta a Alice, Kagami murmuró:
“Justo como Takako-chan haría”, se quitó la ropa de noche y comenzó a cambiarla
por las prendas de paisano que siempre llevaba.
Luego vio la figura de Takako fuera
desde la ventana en voladizo. Estaba caminando rápidamente mientras sostenía
dos grandes troncos, e inmediatamente Kagami borró ese recuerdo, decidiendo que
no había visto nada.
“¡WaaaaH! Kagami-san, ¿por qué te estás
cambiando enfrente de mí?”
“¿No está bien? Estoy usando ropa
interior. No hay ningún problema si piensas en él como un traje de baño.”
“¡Ese no es el problema! Soy una mujer
elegante, ¡piensa un poco en ello!”
Kagami respondió con “Ten cuidado la
próxima vez” a Alice, que se quejaba mientras hinchaba sus mejillas, y continuó
cambiándose la ropa sin tomarse las quejas enserio.
Cundo vio esto, Alice, que estaba siendo
tratada como una niña, se dirigió al comedor del primer piso, pensando cuán
desagradable era eso.
Kagami terminó de cambiarse con un
“phew” y reunió el equipaje de la habitación antes de perseguirla.
Devolvió la llave de la habitación en el
vestíbulo del primer piso antes de caminar hacia el comedor, apoyando su
equipaje en el suelo y sentándose en frente de Alice, quien estaba sentada con
una mirada sombría.
“No te enojes tanto. ¿Eran mis músculos
tan antiestéticos?”
“No realmente.” (>w<)
Kagami suspiró mientras sus ojos se
encontraban, ella balanceaba sus pies decaídamente. Kagami pensó que el estado
de ánimo de Alice se levantaría por el consumo de alimentos, así que le ordenó
a la camarera su pedido.
Efectivamente, cuando Alice tuvo su
comida varios minutos más tarde, su humor se iluminó. Kagami, al ver a Alice
tan contenta de repente mientras le preguntaba qué había pedido él, estaba
sorprendido. Entonces pensó “Como sea…”, sintiéndose satisfecho.
“Bien entonces, tenemos que planificar
el horario de viaje al castillo del Rey Demonio.”
“Sin duda, nos va a tomar diez días
llegar allí. Sin embargo, pienso que necesitaríamos el doble de tiempo si
queremos movernos discretamente.”
Kagami extendió sobre la mesa un mapa del
Reino de Arcasia mientras sostenía un pan en la otra mano. Alice parecía un
poco ansiosa.
Era inevitable que quisiera saber sobre
la verdad detrás de la enfermedad de su padre y la invasión de la Armada del
Rey Demonio lo más rápido posible. Por encima de todo, intuitivamente sentía
que las cosas se podrían volver irreversibles si tardaban en actuar.
“¿Los caballos no son buenos?”
“Los caballos absolutamente nunca
dejarían que un Demonio monte en ellos… Alice, tu magia está suprimida, pero el
ojisan Demonio… Menou es imposible.”
Alice estaba decepcionada y dejó caer
sus hombros.
“Bueno… si tenemos que ir allí
rápidamente, definitivamente hay una manera.”
Alice inmediatamente se animó con esas
palabras.
“¿Cómo?”
“Hay una cierta cosa que podríamos montar
que nos dejaría llegar rápidamente, pero absolutamente no quiero montarlo.”
“¿P-Por qué? Yo… Yo quiero saber lo que
está pasando en el castillo, y cuando antes mejor, aunque sea solo un poco.”
Kagami, que no conocía los sentimientos
de Alice, pensó en ello mientras el sudor corría por su frente. Honestamente,
Kagami también estaba preocupado sobre la situación del Rey Demonio. Su
intuición le decía que no podía ser lento en cuanto a eso, no importa qué. Era
más importante que preocuparse por ser atacados por humanos.
“Yosh, vamos a decidirlo basado en lo
que tenemos. Iremos con el voto de la mayoría.”
“¿Takako-san pensará que está bien que
la montemos a ella?”
“¿Acaso Takako no es alguien que
quisiera tener a múltiples personas montándola?”
Kagami puso el pago de la comida en la
mesa, se levantó, y caminó para irse de la posada. Alice trotó por delante de
Kagami.
“La cierta cosa… es un monstruo llamado
Kenta-Uros, existen fuera del Reino de Arcasia. Aunque pueden hablar como si
fueran Demonios siguen siendo monstruos, así que no hay por qué preocuparse de
que liberen magia como los Demonios. En otras palabras, son inofensivos.”
“Hay tal monstruo, ¿huh? No lo sabía, ya
que era imposible para mí dejar Arcasia. No estaba listado en los libros que leo.”
“Fueron puestos en un país insular en
vez de en el Castillo del Rey Demonio, ya que era demasiado peligroso tenerlos
dentro del Reino de Arcasia.”
Kagami se detuvo en uno de los cruceros
de la ciudad y señaló un carro que se acercaba con un sonido traqueteante.
La mirada de Alice siguió su dedo y el
carro reflejado en sus ojos causó a su corazón latir con violencia. Un
Kenta-Uros se había presentado, tirando del carro. La parte superior de su
cuerpo tenía la apariencia de un ser humano que llevaba cuernos, como si fuera
un demonio, mientras que su mitad inferior parecía un caballo.
El carro era tirado por dos Kenta-Uros.
Uno era rubio y tenía una hermosa figura, mientras que el otro, que era lo
suficientemente mayor como para ser un ojisan, tenía un bigote negro y un pelo
corto y negro que estaba peinado hacia atrás desde su frente. Tenían un aroma
único y despedían una gran atmósfera mientras tiraban del carro.
“¡Sorprendente! Son capaces de hablar
porque la mitad superior de su cuerpo es como un Demonio, ¿cierto? Pero no
siento magia, a pesar de que sus cuernos se ven como los de un Demonio…
¡Sorprendente! ¡La senda de la coexistencia que estaba buscando!”
“¡Silencio! Tu voz está muy alta. Aquí
eres solo un ser humano. Por ahora, todavía es demasiado pronto para decidir…
Tan solo mira.”
Mientras que los Kenta-Uros tirando del
carro pasaban al lado de Kagami, él les dirigió una mirada deformada, como si
sintiera asco por ver sus caras.
Sin decir nada, el Kenta-Uros ojisan,
que notó la mirada de Kagami, se detuvo frente a él.
“Un humano… esta expresión, ¿a qué se
debe?”
Característica #1 de los Kenta-Uros:
demasiado orgullo. No, aunque era incierto si su orgullo era alto o no, si
veían una cara desagradable, definitivamente se detenían y comienzan a hablar
sobre cualquier cosa.
Cuando Kagami continuó mirando al
Kenta-Uros sin decir nada ni cambiar su expresión, su compañero rubio dio un
paso adelante.
“Humanos… somos una noble existencia.
Ustedes son seres vivos inferiores.”
Característica #2 de los Kenta-Uros:
siempre creían que eran una noble existencia, incluso delante de un humano con
un nivel abrumadoramente superior.
“Aquellos como tú son una existencia
igual a basura. Deberías estar agradecido de que incluso hubiésemos dejado
escuchar nuestras nobles voces. Tal basura es…”
“¡Callaos! ¡Andad más rápido!”
Mientras los Kenta-uros hablaban, el
angustiado mercader a bordo del vagón gritó y, con un bashibashibashibashi!,
azotó a las dos criaturas que se habían detenido. Al mismo tiempo que el
violento y doloroso golpe resonó:
““NNH AAAAAAAAHHHNN ¡¡SE SIENTE TAN
BIEN!!””
Los dos Kenta-Uros comenzaron a gritar
alegremente, sus ojos rodaron hacia arriba, y sus lenguas colgaron de sus bocas
abiertas, babeando, en cuanto fueron azotados con el látigo.
Característica #3 de los Kenta-Uros:
Abrumadoramente masoquistas.
Tienen una potencia varias veces
superior a la de un caballo, y son capaces de superar vigorosamente cualquier
obstáculo. Ya que miraban cara abajo a los seres humanos, sería normal para
ellos nunca obedecer. Sin embargo, eran masoquistas a más no poder, por lo que
solo eran monstruos inofensivos que obedecían a cambio de ser azotados. Ellos
son: Kenta-Uros.
Eran monstruos que querían ser
maltratados, en lugar de preservar su orgullo. Sin embargo, ellos reconocían
esto como una relación de dar y tomar, así que, para ellos, su orgullo estaba
siendo preservado de todas formas.
“Increíble, Kagami-san. Jamás me he
sentido tan odiada.”
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