Capítulo 71: Charla Secreta
Riku nunca había visto un bar tan limpio como ese.
Cuando siguió a Vrusto dentro de la tienda, Riku estaba algo sorprendida.
Riku pensó que los bares serían iguales en todos lados. Mientras estaba en la División Dragón, convencida por Vrusto, había ido a un bar a las afueras del distrito de negocios. Debido a eso, su imagen de un bar se convirtió en una bochornosa, ruidosa y maloliente.
Pero, la Capital de los Demonios era diferente.
Aquí, era un lugar tranquilo y ligeramente iluminado por una gran lámpara, por supuesto había olor a alcohol, pero no al punto de ser molesto.
―…Bienvenidos.
El anciano tras la barra que se sentaba en una esquina de la tienda, se levantó lentamente. Parece que estaba esperando.
Sacando la carta introductoria de Gortoberuk del bolsillo de su pecho, Riku se lo dio al camarero. Dando una ligera mirada a la carta, el camarero asintió profundamente.
―Riku Barusak-sama, ¿cierto? He sido informada por Edgar-sama. Por favor, por aquí.
Con gestos llenos de educación, el anciano los guió por la tienda.
Ambos eran guiados a un lugar donde había varias habitaciones pequeñas alineadas una con la otra y con aspecto de cuevas. Pero, no había signo de que hubiera nadie en esas habitaciones. Apartando la cortina de bambú que estaba a la entrada, se podía ver una mesa y sillas que habían sido preparadas de antemano. Quizá porque habían sido advertidos de la hora de su visita. En la limpia mesa, había aperitivo simples y bebidas dispuestas.
―Como era de esperarse de un bar propiedad de la casa Gortoberuk. Muy lujoso.
Vrusto dejó salir su pensamiento.
Asintiendo a las palabras de Vrusto, Riku tornó su mirada al camarero.
―Ahora vendrá otra persona. Por favor, permita que guíe a esa persona a la habitación.
Con Riku vagamente apuntando a la habitación de la derecha, el camarero educadamente entendió, diciendo “ciertamente”. Y entonces, en silencio los dejó solos.
―…Te dejo el resto a ti, Teniente Segundo Vrusto.
―Si, si.
Mientras rotaba sus hombros, Vrusto se dirigió a la habitación de la derecha.
Para confirmar la habitación. Riku fue a través de la cortina de bambú de la habitación de la izquierda. La mesa de esa habitación tenía agua y una comida ligera. Mientras se preguntaba si también iba incluido en el precio, Riku sostuvo el vaso allí. Parecía que el agua había sido recientemente enfriada; La superficie del vidrio tenía muchas gotas de agua pegadas en él.
―…Frio.
La Capital Demoníaca estaba cubierta por niebla durante todo el año, pero incluso así, estaba tan húmedo como en verano.
El agua bien refrigerada bajó por la garganta de Riku. Mientras había estado disfrutando el agua, Riku notó los pasos de alguien. Deteniendo su movimiento, Riku centró sus sentidos en escuchar.
Paso a paso, alguien se acercaba. Había dos sonidos de pasos.
―Por favor, por aquí.
Riku escuchó la voz del camarero de hace un rato.
Al final, uno de los pasos eran los del camarero. Ya que ese era el caso, tiene sentido que el otro fuera un cliente.
―Gracias-nya.
Agradeciendo al camarero, ese cierto cliente pasó a través del bambú. En ese mismo momento, Riku escuchó a Vrusto levantándose en la habitación derecha.
―Ha sido un largo tiempo, Mei.
―Vrusto-ani, no has cambiado-nya.
Considerando sólo las palabras usadas, quizá uno pudiera pensar que se convertiría en una conversación cálida.
Pero, la realidad era muy diferente. No había sentimientos entre las voces de Vrusto y Mei. Parece que realmente no estaban en buenos términos.
―Para que tu me llames tan repentinamente, ¿qué ocurre-nya?
―Que, aunque sea algo de trabajo, vine a la Capital. Ya que vine desde tan lejos, pensé en ver cómo estaba mi hermana pequeña.
El sonido de una silla siendo arrastrada pudo escucharse.
―…Incluso aunque abandonaste tu puesto en la línea de sucesión de la casa Asuteroid, ¿ahora actúas como un hermano-nya?
El tono de voz de Mei bajó de tono un nivel.
Pero, como si no le importara, Vrusto dijo.
―Idiota. No abandone eso ni nada. Para empezar, era yo el que estaba en el último en la línea de sucesión. Ahora siéntate.
―…Bueno, ya que este es un bar con buena fama, puedo tolerar que actúes como un hermano por hoy.
En lugar de la agresividad de hace un momento, Mei respondió con un ligero e inocente tono de voz. Su voz pidiendo comida de alguna manera sonaba feliz. Mientras llevaba un frijol dentro de su boca, Riku concentró todos sus sentidos en la conversación que estaba sucediendo en la habitación a su lado. Sin parar, su conversación continuó durante algún tiempo. Sin embargo, esto siguió sólo por alrededor de una hora.
―Ahora que lo pienso, ¿no es Vrusto-ani cercano a su jefe-nya? Se dice que eres como la mano derecha de Riku Barusak, ¿sabes?
Ahora mismo, por primera vez, un tema relacionado con Riku apareció.
―¿Hm? Si, es solo relacionado con el trabajo, ya sabes.
Vrusto dio la respuesta planeada de antemano.
Como si estuviera satisfecha con la respuesta, Mei hizo un sonido como si ronroneara.
―¿Es eso cierto-nya?
―Idiota, por qué iba a mentir. Entonces, ¿qué ocurre con ello?
―Bueno… si, tengo algo que quiero discutir con Vrusto-ani.
Mei bajó su tono de voz. El ambiente de la habitación cambió un poco. El ambiente feliz de hace un momento había cambiado completamente, y ahora se sentía frío. Desde ahora, comenzaría el acto principal. Riku tragó saliva.
―Parece que Riku Barusak está planeando levantar una revolución contra Charlotte-sama-nya.
―¿Haaa? ¿Revolución?
El sonido de Vrusto levantándose sonoramente pudo ser escuchado.
No era imposible que no supiera sobre ello. Para empezar, Riku no le había dicho a Vrusto que planeaba ir a una rebelión.
El pretexto que Riku estaba usando para esta reunión era “querer conocer a la hermana de Vrusto”
En ese caso, ¿por qué estaba Riku escuchado furtivamente a ambos ahora? Por supuesto, la verdad es que era para poder descubrir la debilidad de Mei Asuteroid, pero por el momento, Riku le dijo a Vrusto que “era para poder darle una sorpresa a su hermana pequeña”.
… Riku dudaba de hasta qué punto Vrusto se lo tomaba en serio.
―Yo no he escuchado nada así, ¿sabes?
―Pero Keity-san y Fiore-san lo dijeron-nya.
―…Bueno, aunque ojou-chan seguro que odia al Rey Demonio Provisional Charlotte-sama, como era de esperar… No, eso es… ¿realmente posible?
―¿No lo sabías-nya?
Vrusto estaba confundido.
Mei, quien vio su reacción, estaba perpleja. No podía haber esperado que su hermano, quien era conocido como “la mano derecha de Riku Barusak” por la sociedad, no supiera nada de los planes de revolución de Riku.
―Si, no lo sé. Es la primera vez que he escuchado sobre esto. ¿¡Qué es todo esto, ojou-chan!?
Vrusto alzó su voz.
Ocho o nueve sobre diez, realmente estaba preguntando a Riku, quien se encontraba en la habitación junto a la suya, pero parece que Mei no lo percibió de esa manera. Bajando su tono de voz más y más, continuaron su conversación como si susurraran.
―En ese caso, Vrusto-ani. Me… gustaría que te unieras a nosotros por esta vez-nya.
―¿Haa? ¿ayudarlos?
―Me gustaría que Vrusto-ani se aproveche de la debilidad de Riku Barusak-nya. Tras eso, mientras estás en ello, quisiera que controlaras sus movimientos-nya. Entonces, yo lo escribiré todo en un informe, y una vez que se lo presente a Charlotte-sama, nosotros, hermano y hermana, ¡¡seremos ascendidos sin duda-nya!!
Mei dejó salir palabras tentadoras.
Vrusto no respondió. Él solo se mantuvo en silencio sin signos de movimiento. Una vez Riku puso el último bocado en su boca, se levantó de su asiento.
―¿Qué harás, Vrusto-ani?
―…Eso… eso es cierto. ¿Qué harás, ojou-chan?
Como si esas palabras fueran la señal, Riku fue a través de la estera de bambú.
En contraste con la habitación de Riku, la mesa estaba repleta de varios tipos de platos. Los que estaban alrededor de la mesa eran Vrusto, quien tenía sus brazos cruzados de manera orgullosa, y otra persona… Una chica que tenía el pelo castaño corto envuelto por dos scrunchies estaba sentada allí. Parecía que la chica… Mei Asuteroid, no podía ocultar su sorpresa por Riku que de repente apareció.
―¡Nya, nya, Nyah! ¡Por qué está Riku Barusak aquí-nyah!!
La forma en que los ojos de Mei temblaban mientras estaban completamente abiertos como podía era cómica. Mientras dejaba salir una sonrisa, Riku caminó lentamente hacia Mei.
―Soy la superior de tu hermano. ¿Hay algún problema porque esté cerca de mi subordinado?
Mei intentó dirigirse a la salida de la pequeña habitación, pero era una habitación pequeña y estrecha. No importaba cuanto fuera un miembro de la rápida mensajería, sin ser capaz de esquivar, Riku agarró la cabeza de Mei.
―Más importante, parece que ha habido un rumor expandiéndose por ahí. Un rumor diciendo que estoy planeando causar una revolución o algo así.
―¡E-esa es la verdad! ¡C-Cri-Criminal!
Mei estaba poniendo toda la fuerza que podía, pero aún así, su suave cola estaba entre sus piernas. Riku no podía tomarla en serio.
―Quizá, yo odio a Charlotte. Pero… ¿no están saltando a conclusiones muy precipitadamente?
―A-algo así…
―Para que yo haga planes de revolución… que blasfemia.
Aunque Riku estaba pensando en alzarse contra Charlotte, no lo había hecho de ninguna manera público.
―¡Silencio-nya! ¡Incluso estás planeando matar a Charlotte-sama!
―No hay manera de que pudiera matarla.
Le hubiera gustado añadir “por ahora” al decirlo, pero decidió mantenerlo para sí misma. Poniendo fuerza en la mano con la que agarraba la cabeza de Mei, Riku acercó su boca a sus orejas.
―Mi posición es Mayor General. Tu eres Teniente Primero. …por la Ley Militar, esto podría ser difamación de un oficial superior. El resultado de esto… es sentencia de muerte, ¿no es así, Teniente Mei Asuteroid?
―U..uu.
En los ojos de Mei, comenzaban a salir lágrimas.
Pronto sería el momento ideal. Mientras mostraba una sonrisa de diversión, Riku mandó una señal a ojos de Vrusto. Recibiendo la señal, Vrusto se encogió de hombros.
―…No la moleste demasiado, ojou-chan. De alguna manera, aún es mi hermana pequeña.
Murmurando esas palabras como si las estuviera escupiendo, Vrusto dejó la habitación.
Tras confirmar que la presencia de Vrusto se había desvanecido por completo, Riku lanzó a Mei al fondo de la habitación. Mei chocó contra una silla de forma violenta y cayó al suelo en ese lugar. Quizá, la mayoría del espíritu de lucha de Mei se había desvanecido tras eso. Levantándose, las pierna de Mei temblaban como si fuera un recién nacido.
Pero, como si estuviera planeando escapar, sus ojos miraban directos a la salida.
―Ahora entonces, no hay molestias. ¿Es un buen momento para tener una buena charla, Teniente Primero Mei Asuteroid?
No hay manera de que Riku permitiera a tan buena pieza de ajedrez escapar fácilmente.
Sentándose frente a la salida, Riku observó a Mei con una sonrisa incomparable.
―Hay un pequeño favor que me gustaría pedirte
No hay comentarios:
Publicar un comentario