domingo, abril 30, 2017

Katahane no Riku - Volumen 2 - Capitulo 64


Capítulo 64: Mundo Congelado


El dolor se acercaba.

Un dolor más allá de toda imaginación.

En unos pocos segundos, su cabeza sería cortada y moriría.

Rook Barusak estaba asustado del dolor. Desde hace mucho tiempo, desde su anterior mundo, odiaba el dolor. Quería vivir confortablemente sin sentimientos dolorosos. Es por eso que estudió apropiadamente, fue admitido en una buena secundaria, bromeaba con sus amigos mientras tanto, y así, fue admitido en una universidad.

El camino seguido en su vida como Rook Barusak fue el mismo. Haciendo uso de su conocimiento como el protagonista, intentó vivir su nueva vida sin sufrir tanto como fuera posible así no habría sufrimiento.

Ya que era su segunda vida, quería vivir hasta el final de sus días en un final feliz.

¿Dónde se equivocó?

Como para superar el dolor que estaba por venir, Rook apretó los dientes. Y entonces, esperó el momento en que la espada de Selestinna cortara el aire y su cabeza.

—¿…huh?

Pero, no importa cuánto esperará, el dolor no llegó.

Tímidamente alzando el rostro, Rook vio que la espada de Riku se había detenido en medio del camino. No, esta simplemente se detuvo del todo. Sin que Riku pestañeara o moviera su pecho para respirar, y sin una sola fibra de su cabello destacando en la noche moviéndose, la espada estaba simplemente suspendida.

—¿Eh, eh? ¿Ri-riku…ane?

Levantándose lentamente, Rook bruscamente movió sus manos. Pero, Riku no mostraba ninguna reacción. Sin un solo signo de reaccionar en su rostro, Riku simplemente seguía mirando al lugar donde Rook estaba acurrucado hace unos momentos. El lentamente se alejó de Riku, pero sin ningún cambio, no se mostraba el más mínimo cambio.

—¿Qué pasa?

En ese momento, Rook se dio cuenta de que no había sonido.

Solo su propia voz que sonaba alta y con un eco extraño podía oírse. Aunque comparada con el día, la noche era tranquila en la ciudad, incluso así, es imposible que no se escuchara nada. No podía escuchar el alboroto de la calle principal, los llantos de algún bebé, el sonido del viento, o incluso el sonido de la madera cediendo al fuego.

—¿Qu-qué está ocurriendo?

Solo su voz resonó en el callejón.

Rook observó sus alrededores. Riku no era la única que no se movía. Había alguien más que no se movía en el campo de visión de Rook.

Era Piguro Obis, el oficial de personal de Leivein Adlar quien se había mantenido expectante en la anterior batalla un poco alejado de ellos. Con sus ojos mostrando una arrogante mirada, se mantuvo mirando a Riku silenciosamente.

—Hey, por favor responde. ¿El tiempo se ha detenido?

Rook preguntó fuertemente a Piguro. Piguro fue presentado en el juego como el Oficial de Personal de la armada del Rey Demonio. Era alguien que daba la impresión de ser inteligente así que podía resolver problemas en situaciones inesperadas.

Rook estaba siendo precavido sobre tener que preguntar al enemigo algo, lo cual iba contra el orgullo de los espiritistas, algo así sería visto con desdén. Pero Rook no pensaba ser capaz de salir de ésta por sí mismo.

—¡Te ruego que me respondas!

Si Rook tocaba a Piguro, a pesar de estar detenido en el tiempo, quizá se moviera de nuevo.

Aferrándose a esa esperanza, Rook tocó el brazo de Piguro. En ese instante, el punto donde su dedo había tocado, se prendió fuego, junto a un sonido rugiente, el fuego envolvió el cuerpo completo.

—¿U, uwaaaah?!

Mientras alzaba un grito sin sentido, Rook tomó distancia del fuego.

Con un rugido, en ese instante, Piguro se envolvió en llamas. Sin un solo grito o llanto, se volvió cenizas y el fuego se desvaneció en la oscuridad.

No había nada que recordara a Piguro estando ahí de pie hace unos momentos, si tuviera que decir algo, sería que el suelo estaba un poco quemado.

—Por qué…

—Es por el desgaste, Rook Barusak.

De repente, alguien habló a Rook desde atrás.

Volviendo su cabeza rápidamente, Rook vio al shinigami ahí parado. Mientras se acariciaba sus suaves alas negras, el shinigami mantenía las comisuras de su boca en una sonrisa como si estuviera extremadamente feliz.

—Ni siquiera yo puedo hacer algo como detener el tiempo. Todo lo que hice fue acelerar el tiempo del área alrededor de ti y de mi. Es por eso que todo parece haberse detenido, y todo lo que toques arde en llamas.

Rook recordó una charla sobre cómo cuando algo va a mucha velocidad lo demás parece haberse detenido.

En el pasado lejano, tenía el sentimiento de haber escuchado hablar sobre cómo una persona normal acelerada podría hacer 10 veces las cosas que una en estado normal. Y por otro lado, si tocara cualquier cosa como papel o ropa, con el desgaste del aire, se prendería fuego.

—¿Por qué has hecho algo así?

Habría sido diferente si el shinigami se hubiera mostrado tras detener a Riku.

Al menos, si el shinigami hubiera avisado a Rook de que tocar algo lo haría arder en llamas antes de tocar a Piguro, habría sido posible evitar tomar su vida sin duda.

Aquel que había matado a Piguro no era él. Era obvio que había sido el shinigami quien lo había matado. Rook miró al shinigami. Tras hacerlo, el shinigami ladeó su cabeza como diciendo “lamentable”

—Por qué, preguntas… ya ves, es porque estaba yendo de esta manera, así habrías muerto. Si, tu cabeza se habría separado de tu cuerpo con su espada. Si eso ocurriera, ¿no sería imposible escuchar tu deseo?

—¿Mi deseo?

En el instante que escuchó esas palabras, el corazón de Rook comenzó a latir más deprisa.

Las cosas que el shinigami le dijo tras la batalla de la isla de Sherr afloraron en su mente. A cambio de su propia alma, el shinigami le garantiza cualquier deseo.

En ese momento, ya que Rook había recibido el shock de haber parasitado el alma del protagonista principal, la charla del deseo acabó. Pero, eso no significaba que la conversación acabara ahí. Rook recordó que simplemente se había pospuesto para otro día.

—¿Todavía puedes garantizar mi deseo?

—Así es. Vine aquí a escuchar después de todo

Con una dulce voz que podía embelesar a cualquiera, el shinigami le susurró.

—Si lo deseas, puedo garantizar cualquier cosa sin importar cual sea. Si… ¿No era tu sueño recomenzar tu vida?

—Mi vida… ¿rehacerla?

El pulso de Rook comenzó a acelerarse.

Si hace 10 años… hubiera salvado a Riku, el desarrollo de la historia no habría cambiado hasta este punto. Al menos, Riku no habría entrado a la armada del Rey Demonio, y Selestinna habría sido capaz de sobrevivir. Si Selestinna pudiera sobrevivir, entonces obviamente Rebecca y Kurumi no habrían muerto tampoco, y en estos momentos, quizá estuvieran sonriendo tras él junto con Anna. Piguro, que había ardido hace unos momentos, habría sido capaz de sobrevivir, y Charlotte no habría rechazado su ayuda aquella vez.

Quería volver al pasado.

Quería rehacer su vida una vez más.

Esta vez haría correctamente lo que hizo mal, y haría que todo se desarrollara de la manera que debía hacerse. Si hacía el contrato con el shinigami, entonces esta vez sería capaz de formar el harem de sus sueños. Y además, este odioso futuro no existiría, y todos los que habían muerto serían capaces de dirigirse a la felicidad.

Para el ser capaz de hacer esto, era maravilloso.

—Rook, ¿qué ocurre? ¿hay algo de lo que debas dudar en este preciso instante?

Pero aun así, Rook no tenía las agallas.

Quería conseguir ese deseo por su bien sin tener que pensar en nada más. Era la manera más fácil de resolverlo todo, y tenía el presentimiento de que todos podrían ser felices.

Pero, mientras apretaba sus dos manos, no podía verse accediendo a el contrato.

—Yo…

Rook estaba tan asustado de tener que cambiar el deseo por su alma que no podía soportarlo.

Si era capaz de rehacer su vida, sería capaz de volver a cuando era niño. Pero, no sabía en qué momento tendría que pagar la compensación. Para comenzar, que su alma sea devorada por el shinigami, que le ocurriría tras esto.

En el momento en que pensó sobre lo que acabaría pasándole en el futuro, su cuerpo comenzó a temblar.

—¿Tienes miedo? Rook Barusak.

El shinigami gentilmente extendió su mano.

Como si lo consolara, la mano se extendió frente a sus ojos.

—Está bien. No hay necesidad de estar asustado. Está bien hacerlo como pienses que es mejor, y que vivas como desees.

—¿Vivir como lo desee?

—Así es. Estoy aquí para ayudarte en eso.

Y también, tenía que darle la mano para aceptar el contrato.

Con las dulces palabras del shinigami, Rook extendió su mano. Pero, cuando estaba solo a un poco de tomar su mano, desechó la idea.

Habría sido mejor si hubiera aceptado el contrato sin pensar en nada. Habría sido mejor desear aquello tal y como el shinigami le había dicho. La vida de Rook y la gente que había muerto, todo iría mucho mejor si lo hubiera aceptado.

—Necesito cambiar el mundo por el bien de todos.

Los rostros de las chicas que no podrían volver a sonreír de nuevo planeaban en su mente.

Para que esas chicas fueran capaces de sonreír de nuevo, para salvar a Riku, cuya vida había sido completamente destrozada, por el bien de los demonios que habían sido asesinados injustamente y sus camaradas asesinados en Karkata, y también por el bien del verdadero protagonista cuya alma había sido perdida por su culpa, necesitaba suprimir su miedo.

Para cambiar el mundo, el miedo no es necesario. Si no tuviera la resolución necesaria para tirar una o dos almas, no podría convertirse en el protagonista.

—¿Es ese tu deseo?

Los ojos del shinigami tenían un brillo frío como dos joyas.

Rook silenciosamente observó al shinigami. Mirándolo, parecía de alguna manera feliz, el rostro de Rook que estaba tenso por el miedo, se relajó un poco.

—Quiero cambiar este mundo. Quiero salvar a todos, que todos sean felices, y hacer un mundo donde todos puedan sonreír.

Susurró esas pocas palabras.

Sintió que con esas palabras, la mayoría de sus ambiciones se reforzaban.

—Pero, esto… quizá esto es solo mi egoísmo.

—…

—Si. Esto probablemente es solo que quiero ser feliz. Que quiero crear un mundo centrado en mi.

Sus verdaderos sentimientos que había estado ocultando, finalmente habían salido a luz.

Él queriendo matar a Riku era su venganza personal por la muerte de Selestinna, y él queriendo salvar a Riku era sólo su arrepentimiento por cómo había dejado morir a una de las heroínas. Querer salvar Piguro, que había matado por accidente, y los espiritistas que habían perdido su vida en la derrota de Karkata, era todo porque quería escapar de sus pecados.

Todo era simplemente sus propias ideas, su egoísmo.

—Es por eso, shinigami.

Por alguna razón, el corazón de Rook de relajó.

Como si aire fresco hubiera soplado hacia él, su corazón se calmó. No había nada más de lo que tener miedo.

No sabía si su elección sería la correcta o no. Pero quería creer que no era la errónea.

—Mi deseo es…

Tras que Rook dijera su deseo al Shinigami… el “tiempo detenido” comenzó a moverse de nuevo.




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