sábado, abril 29, 2017

Katahane no Riku - Volumen 1 - Capitulo 27


Capítulo 27: Un Futuro Idealista


—… Riku Barusak no vivirá hasta el próximo invierno.

Con las palabras que no podían ser ignoradas, Riku se detuvo.

Pero ella no miró hacia atrás. Con un ánimo que decía la severidad de la situación y el tono de voz de Shibira, el tema sólo podía ser descrito por la palabra “serio”. En otras palabras, era algo que Shibira había visto en el futuro. Dejando escapar un pequeño suspiro, mientras seguía mirando la puerta, Riku le preguntó a Shibira.

—…¿Es eso así?. Por cierto, ¿podría haber alguna forma de evitarlo?

—No lo sé. Pero si pudiera decir la forma que ciertamente resolvería este problema, sería dejando al ejército del Señor Demonio .

Por la respuesta de Shibira, Riku estalló de risa. Sabía que Shibira respondía seriamente a su pregunta. Pero eso es exactamente por lo qué no había manera de que no comenzara a reír.

—Eso es imposible.

Después de tener una sonrisa en la cara por un rato, ella abrió la puerta. Al otro lado de la puerta había un pasillo con un suelo de piedra. Como era de noche, la luz de la luna que venía de la ventana brillaba en el oscuro suelo. Riku lentamente miró hacia atrás. La habitación estaba llena de luz suave y Shibira parecía estar siendo bañada por la luz. Una vez más, Shibira extendió su mano hacia Riku.

—Si no tienes a dónde ir, puedo refugiarte en este santuario. Una vez que todo esto acabe, puedo teñir tu cabello e introducirte a la sociedad. Puedo ayudarte en eso.

Esa mano estaba llena de buena voluntad. Pero Riku sacudió la cabeza. Mientras levantaba ligeramente la mano derecha, se dirigió al oscuro pasillo.

—Gracias. Pero tengo que rechazarlo… Vamos, segundo teniente Vrusto.

—¡Oye, espera un segundo!

Riku comenzó a caminar por el pasillo. Cada uno de sus pasos resonó.

—… Si vas directamente a través de este corredor, llegarás a la salida. Que tengas buena fortuna, Riku Barusak.

El sonido de Vrusto siguiéndola apresuradamente tras ella y la voz calmante de Shibira resonó por detrás del pasillo. Justo como Shibira había dicho, mientras entrecerraba los ojos, notó que había una puerta de madera al final del corredor.

—Ojou-chan, ¿está realmente bien?

Después de alcanzar a Riku, Vrusto le susurró. Vrusto tenía una expresión extraña en la cara. Debido a la extraña expresión de Vrusto, Riku inclinó la cabeza hacia un lado.

—¿Qué está realmente bien?

—Ah, qué decir… ¿No sería mejor hacer lo que Shibira te dijo? Si dejas el ejército del Señor Demonio, lo más importante es que puedas vivir por más tiempo. Parece que no morirás por una enfermedad o algo así.

—Ah, estabas hablando de eso.

Riku aflojó los labios.

Si ella dejara el ejército del Señor Demonio, sería capaz de escapar del futuro donde ella muere. En otras palabras, su muerte que ocurriría en este año, cuando probablemente estaría en guerra. ¿Qué clase de lugar?, ¿quién sería la persona que la mataría?; Eran cosas que ella no sabía. Lo único que sabía era que si el futuro que Shibira había visto se hacía realidad, entonces Riku moriría en la batalla.

—Por supuesto, no pienso morir.

—Pero si sigues en el ejército del Señor Demonio…

—No me hagas repetirlo.

Riku miró fijamente a Vrusto. Tuvo la sensación de una fuerza que era como si tuviera una alabarda apuntándole en el cuello pasó.

—Voy a luchar por el capitán hasta mi último aliento. Además… No hay manera de que pueda tirar todo por un futuro que podría realmente no suceder.

Dicho eso, llegaron al frente de la vieja puerta de madera.

El futuro del que Shibira había hablado, no era más que un futuro que tenía grandes posibilidades de convertirse en realidad. Tal vez al dejar al ejército del Señor Demonio, ella podría escapar del futuro donde ella muere, pero si lo hiciera, la convicción de Riku Barusak moriría. En lugar de vivir el resto de su vida matando su propia convicción, preferiría seguir con esto hasta el final.

Tal vez esto fuera sólo idealista. Tal vez el camino en el que ella viviría era la elección correcta. Pero aunque su cuerpo estuviera vivo, si su corazón estaba muerto, no tendría sentido. Sólo tenía esa convicción y no permitiría que nadie decidiera por ella.

—Yo decidiré mi propio futuro.

Después de cerrar la boca con fuerza, empujó la puerta de madera.

***

La casa del señor que gobernaba la ciudad de Derufoi era una casa muy grande.

Con muchas habitaciones sin usar, el esfuerzo de mantenerlas todas limpias era muy grande. Pero no importaba lo influyente que fuera el dueño, siempre habría una habitación sucia.

Una habitación subterránea llena de celdas cerradas con llave sería el ejemplo más habitual. Dentro del lugar lleno de hedor y con muchos instrumentos de tortura y esqueletos alrededor, Charlotte estaba tendida en el suelo. Todavía no había sido sometida a torturas, pero pronto lo empezarían a hacer para que soltara información crucial del ejército del Señor Demonio.

—Este deshonor… No hay manera de que pueda aceptar eso.

Charlotte se mordía los labios.

Su hermano mayor, que era una figura influyente al ser el Señor Demonio, de repente fue sellado, y sin saber nada, ella se convirtió en el sustituto del Señor Demonio. Sentada en el trono, donde su hermano mayor estaba sentado hace unos días dando órdenes a sus subordinados, se sentía muy incómoda.

Acostumbrándose a la posición de sustituto del Señor Demonio, durante estos 200 años se había estado preparando para el rescate de su hermano… Ella había estado ocultando sus sentimientos y trabajando por el bien del ejército del Señor Demonio. Por supuesto, a veces ella tomaba un respiro, pero esto era todo lo que había. Ella siempre estaba tratando de ser lo que uno esperaría de alguien que era la hermana menor del Señor Demonio. La primera vez que se relajó… El resultado fue este.

Era diferente a la suavidad forzada de sus subordinados… La dulzura con la que el muchacho se acercaba, era como si fuera de su querido hermano mayor. Estaba avergonzada de que se hubiera enamorado del chico aunque fuera un poco. Debido a eso, muchos de la élite del ejército de Señor Demonio fueron asesinados.

—… Esto es un castigo.

Era un castigo que se sentía fuera de la realidad. Las lágrimas fluían de sus ojos. En el momento en que una de sus lagrimas como perlas fluía a través de su mejilla cayendo al suelo…

—Lo siento, he llegado un poco tarde para venir a salvarte.

Con un ruido, la puerta de la celda se abrió. Los ojos de Charlotte estaban abiertos. Al otro lado de la puerta, el muchacho espiritista que había sido amable con ella estaba allí. Mostrando una sonrisa torcida, el muchacho se acercó a Charlotte.

—¿¡Qué estás haciendo!?

—Se necesitó mucho esfuerzo para calmar a Cellia. Pero como era de esperar… Creo que matarte está mal.

El muchacho de pelo plateado desató la cuerda que la ataba sin vacilaciones. Y entonces, suavemente levantó a Charlotte, quien había estado sentada en el suelo, en sus brazos. A causa de las palabras que se desbordaban de gentileza, Charlotte tembló.

—¿Por qué … Tú, eres un espiritista, ¿verdad?

Preguntó Charlotte mientras sollozaba.

Algo como un espiritista que salvaba a un demonio era completamente nuevo. De hecho, todos sus acompañantes eran todos… Todos fueron exterminados por Cellia Buryuuser. También otros demonios fueron asesinados por otros espiritistas. Su hermano fue sellado sólo porque no pudieron matarlo. No había manera de que un espiritista fuera gentil con un demonio. Era obvio que había algo detrás de las escenas.

Pero el chico de pelo plateado dijo con una voz suave.

—Sí… soy un espiritista. Pero no te veo como un demonio perverso.

Estas palabras fueron directamente a su corazón.

[Nota Gorrión: dios por favor, que alguien lo mate, riku, apúrate]

Eran palabras suaves en todos los puntos y que no tenían doble intención. Charlotte sintió sus mejillas y luego todo su cuerpo se calentó. Su corazón que había estado llenando de su afecto, la comenzaba a dominar.

—Yo… Quiero cambiar el estado actual de la relación entre demonios y espiritistas. Es por eso… Quiero que me prestes tus fuerzas. Quiero que vivas.

En el momento en que estas palabras dejaron los labios del niño, un sonido como un trueno sacudió el suelo.

Sí, fue el sonido de Kurumi sacrificándose bajo tierra.

Pero Charlotte obviamente no lo sabía, ni tampoco el muchacho. Claramente, ambos fueron sorprendidos por el repentino sonido vibrante y el temblor.

—¿Q-qué fue eso?

—¿Eh, terremoto? ¿hay terremotos en este mundo?. ¡¡Aunque no debería haber habido manera de que ocurra un terremoto en este momento!!

El rostro del muchacho se desmoronó.

Charlotte miraba fijamente al niño perplejo. Mirando cómo el muchacho estaba entrando en pánico, ante el evento inesperado hacía que uno quisiera reírse. Aunque había estado pensando que era el tipo de persona que siempre estaría completamente tranquila, había terminado viendo otro lado de él.

Era muy diferente a la actitud de un santo… Era obviamente una reacción más adecuada a su edad.

—¿Por qué te ríes?

—Aunque yo pensaba que eras como un santo antes, ahora sólo puedo pensar en ti como nada más que un humano.

Con Charlotte riéndose de él, su cara de repente se puso roja. Por supuesto, esto sería debido a su vergüenza. Era como si hubiese vapor de su cara hasta el punto de incluso hacer un sonido.

—Eso es grosero. Soy un ser humano para empezar.

—Está bien. Los seres humanos son seres humanos. Y los demonios son demonios.

—S-sí, eso es correcto. Pero, para que sea discriminado así… realmente no creo que sea bueno.

Se aclaró la garganta como para comenzar de nuevo su charla, el muchacho sostuvo las manos de Charlotte. Y entonces, como si hubiera escogido sus palabras, habló.

—Por favor. Soy humano, y tú eres un demonio, pero… Si cooperas conmigo, podemos hacer un mundo que todos puedan sonreír. Por favor, ¡¡préstame tu fuerza !!

Charlotte mostró una sonrisa irónica por su ideal infantil.

Si fueran las palabras del santo de unos momentos atrás, tal vez habría accedido a él sin decir nada. Pero este niño, con las palabras inmaduras de un muchacho, no hizo que su corazón se moviera.

Un mundo donde todos pueden sonreír sería realmente fabuloso. Era el mundo que ella y su hermano mayor siempre soñaron. Pero una vez que se sentó en el trono, notó algo. La realidad y los ideales son diferentes. Para lograr algo, alguien tendría que ser lastimado. Al final, todo eso no era más que un ideal con el que soñaba cuando era niña.

—Si fuera tan fácil construir un mundo de paz, nadie estaría sufriendo ahora.

Declaró. Rechazándolo sin rodeos.




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