sábado, abril 29, 2017

Katahane no Riku - Volumen 1 - Capitulo 26


Capítulo 26: Shibira


¿Qué es este sitio?

Viendo un techo extraño, Riku se preguntó vagamente dónde estaba.

Sintió algo frío y suave tocar su frente. Estiró sus brazos sintiéndolos pesados, notó que era una toalla. Diferente de las camas frías e incómodas en las que dormía, yacía sobre una cama blanca suave y limpia.

Después de volverse lentamente hacia un lado, vio a Vrusto sentado en una silla de madera. Tenía los brazos cruzados y los ojos cerrados. Después de que heridas fueron tratadas, todo su cuerpo estaba cubierto de vendajes. En este momento, más que un demonio lobo, parecía más una momia que hablaba en sueños.

—¿…Por qué estoy yo…?

Esto no era el Batallón del Dragón Demonio, donde se había acostumbrada a vivir, ni era la habitación de alguna fortaleza. Lo que más se parecía a esa habitación, sería una habitación de la residencia Barusak, pero en lo que a ella se refería, la habitación tenía muebles de mucha más calidad que allí, y en general, provocaba un ambiente relajante.

—Hm… Oh, ojou-chan, ¿estas despierta?

Por la voz de Riku, Vrusto abrió los ojos. Tal vez no había estado durmiendo, sólo tenía los ojos cerrados. Vrusto mostró una cara que parecía estar aliviado.

—Después de eso, Ojou-chan perdió tu conciencia. Menos mal que despertaste.

—… ¿Pérdida de consciencia?

Vagos recuerdos inundaron su mente.

Después de llegar a la ciudad de Derufoi, recorrió la ciudad con Charlotte, y luego, el que apareció delante de ella…

—Eso es, ¡Rook!

Tras decir eso se levantó de un salto, estaba completamente despierta.

Para encontrarse con Rook, ella fue tras Charlotte. Sin embargo, su guía, Kurumi, era en realidad una traidora, y debido a todo lo que pasó, terminó suicidándose. Debido a eso, Riku tuvo heridas severas como la de golpearse la cabeza con fuerza, y después de matar a los espiritistas que los persiguieron, llegó a sus límites. Y justo antes de que perdiera el conocimiento, lo último que vio fue…

—Que bien que te hayas despertado.

Viniendo cerca de Vrusto, Riku oyó una suave voz.

La mujer que estaba enteramente vestida de blanco, le estaba dando una sonrisa. Tenía todo su cuerpo cubierto de un paño tan blanco que dudaría en tocarlo, y tenía un pelo blanco como la seda que se extendía hasta su espalda. La mujer que tenía los ojos cerrados abrió sus labios bien formados.

—Permítanme presentarme una vez más. Soy Shibira. Trabajo en el santuario de la ciudad de Derufoi. Es un honor conocerte, Riku Barusak-sama.

Shibira extendió su mano hacia Riku.

En ese momento, estaba a punto de tomar su mano, pero se detuvo a medio camino. Después de eso, con la mano que Riku había extendido tomó el paño que le cubría la frente. Estrechando los ojos, comenzó a inspeccionar el paño. Ella no sabía demasiado sobre tela, pero si vendiera eso en el mercado, conseguiría bastantes monedas de plata. De repente, sintió que era increíble que un paño de tal calidad se usara simplemente para refrescarse la cabeza. Riku no podía decir si todo esto era realmente porque la mujer tenía buena voluntad o si había algo detrás de las escenas.

—¿Esto es tuyo?

—Sí. Soy su aliada después de todo.

—Hmph, ¿es realmente así?

Vrusto lo dijo sin rodeos como si estuviera escupiendo estas palabras. Sentado entre Riku y ella, Vrusto miraba a la mujer con desdén.

Estoy agradecido por tratar nuestras heridas, pero todo esto es sospechoso… Realmente no quiero pensar en ello, pero ¿de verdad no estás pensando en conseguir nuestra gratitud para que puedas sacar algo a cambio?. O tal vez quieras que nos descuidemos y luego nos maten.

Pero aunque Shibira estaba recibiendo palabras que eran casi como amenazas de Vrusto, su expresión no cambió. Riku pensó en Kurumi, pero eso era diferente de aquella falsa sonrisa que Kurumi tenía antes. Si se fuera a decir, esa expresión sería como un lago congelado en invierno en el centro de un bosque profundo. Estando completamente en silencio, miró la dirección de Vrusto y Riku.

—Si permaneciesen en ese lugar, Riku Barusak-sama, y usted también, habrían muerto… Incluso si pudieras seguir vivo después de todo eso, eventualmente serías perseguido por los espiritistas de Buryuccer, y así, no podríamos hablar en este momento. Por lo tanto, aquí estamos en este santuario para que podamos tener la oportunidad de hablar.

Shibira movió suavemente la mano como para apaciguar los ánimos.

—No tengo ninguna espada. No hay tal cosa oculta en este lugar tampoco. Pero si hubiera armas… Con su capacidad olfativa, debería ser posible saber que no hay espías o guardias alrededor de este lugar.

Riku comprobó la reacción de Vrusto. Adivinándolo por su rostro, parece que era como Shibira había dicho. Los hermosos paños que llevaba también hacían destacar la forma de su cuerpo. No parecía que estuviera escondiendo una daga o cualquier otra cosa. Por supuesto, tampoco parecía que hubiera bombas atadas a su cuerpo como lo hizo Kurumi.

—¿Por qué necesitas hablar conmigo?

Después de que Riku dijera esas palabras, Vrusto protestó con un “¡Hey!”. Sin embargo, ella lo ignoró. Aunque su cuerpo no se había recuperado por completo, estaba mucho mejor que como estaba en el pasaje subterráneo. No sólo su dolor de cabeza había disminuido, sino que ya no sentía náuseas. Si miraba a su alrededor, era posible ver la alabarda que siempre usaaba estaba junto a su cama. Si era verdad que esa Shibira no poseía armas, matarla sería fácil de hacer.

Si mintiera, sería suficiente simplemente no escucharla.

—Sí. De hecho, necesito hablar con el otro tú.

—¿La otra yo?

Riku frunció el ceño.

Vrusto la miró casi como si ya estuviera diciendo “¿De qué estás hablando?”. Riku sacudió la cabeza. Ella era sólo Riku Barusak, y no era nadie más. Tenía la sensación de que había oído hablar de que tenía una personalidad dividida antes, pero Riku no era portadora de una característica tan rara.

—¿De qué estás hablando?

—Ya veo… Entonces como se esperaba, ella realmente ha sido devorada.

Shibira, por primera vez, había mostrado una triste expresión.

—¿Ha sido devorada?

—No, por favor, olvídate de lo que dije. Ya no puede ser restaurada.

Shibira quería poner fin al tema. Pero al hacerlo, sólo hizo que Riku se interesara más en su lugar. Inclinando su cuerpo hacia adelante un poco, Riku miró a Shibira.

—¿Qué querías decir con “ha sido devorada”?

—No puedo ver la realidad. A cambio de eso, puedo ver el futuro.

Diciendo eso, Shibira puso su mano derecha sobre sus ojos.

La información que Keity Fostar le había contado estaba siendo revivida en el fondo de su mente. Inconscientemente, Riku bufó con una sonrisa.

—He oído hablar de ello. Sin embargo, no creo en un futuro inmutable.

—Sí, el futuro que veo no es inmutable. Pero es un futuro que tiene altas posibilidades de ocurrir. Incluso en este momento, el futuro está cambiando constantemente. El futuro que puedo ver es sólo la ocurrencia más posible, sólo teniendo en cuenta el presente. Las decisiones de las personas podrían cambiar, pero también podrían no cambiar.

Shibira estaba mostrando una sonrisa que vagamente tenía la sensación de dolor en ella. Tal vez, como lo que les está contando, no es más que algo que ya había visto. O tal vez, es diferente de la escena que había visto. Pero para Riku, quien no podía ver el futuro, esas cosas no importaban.

—¿Y entonces? ¿Tiene algo que ver con lo que dijiste que se la habían comido?

—Sí. De hecho, hace diez años, yo… Vi el futuro y predije la profecía de las dos Riku Barusak. A la otra Riku Barusak que estaba durmiendo dentro de ti. Pero la situación de ese futuro ha cambiado. El futuro donde blandió su espada como un espiritista y el futuro donde blandió su espada para los demonios.

—¿Hace diez años? ¿Qué pasó?

Riku perdió interés en un instante.

Si era sólo esto, era posible saberlo tras investigar un poco. El hecho de que Riku fuera desechada fue un secreto para el público. El anuncio oficial debería haber sido la muerte por enfermedad. Pero ella ya era despreciada, y no había necesidad de investigar nada al respecto.

Por supuesto, para ellos investigar hasta el punto de saber que había sido reclutada por el ejército del Señor Demonio resultaría un trabajo muy prolongado. Pero aun así, no era como si fuera imposible. Si un humano pelirrojo de apellido Barusak se destaca, la gente inmediatamente se daría cuenta de que era Riku.

—Este tipo de cosas se pueden averiguar sólo investigando. El yo inútil que pretendía ser una espiritista fue eliminada… Y se convirtió en otro yo. Sería algo así, ¿verdad?

La razón por la que nadie sabía de Riku, como pasaba con Toudo era simple. Nadie tenía interés en Riku después de lo que pasó. El destino de una niña inútil que fue arrojada de un acantilado; Tal cosa, no valía la pena investigarla. Era todo lo que había.

—Gracias, es suficiente. Gracias por tratar nuestras heridas.

Se sentía agradecida por los actos que Shibira había hecho por ellos.

A pesar de que eran del ejército del Señor Demonio, no parecía que fuera a pedir algo a cambio. Supuso de sus palabras y los detalles de por qué los había salvado, para Shibira tratar sus heridas era algo por lo que estar agradecidos. Si los dejaba en el pasaje subterráneo, los espiritistas los atacarían y los dos no podrían plantar cara. Riku no podía entender por qué quería tratar las heridas de personas que ni siquiera conocía.

Más que nada, su sonrisa no era como la falsa sonrisa que Kurumi tenía antes. Shibira era sólo una sacerdotisa muy silenciosa y honesta.

—… ¿Es así?

—Sí. Lo siento, pero me voy ya. Necesito encontrarme con Roppu… encontrarme con un amigo pronto. ¿Podrías guiarnos a la salida?

De pie, Riku puso la alabarda en su espalda. Después de colgar la espada de plata en su cintura, dio una mirada al perplejo Vrusto y caminó hacia la salida. A las acciones de Riku, las palabras de Shibira llegaron a ella desde atrás.

—Entiendo. Te guiaré hasta la salida. Sin embargo, por favor, permítanme decir sólo esto. Riku Barusak no vivirá hasta el próximo invierno.




<< ATRAS        == LISTA DE CAPITULOS ==        SIGUIENTE >>




No hay comentarios:

Publicar un comentario