miércoles, abril 19, 2017

Takarakuji de 40-oku Atattandakedo Isekai ni Ijuu Suru - Volumen 1 - Capitulo 4




En la aldea. Parte 3

“L-Lo siento, Estaba tan aliviada por la respuesta de Kazura-san”.

“No, no, ha sido difícil, ¿verdad? Es como cortar un cable tenso”.

Después de que el llanto de Valletta se había calmado un poco, Kazura se levantó con un “bueno, entonces”.


Ahora que sabía que había gente muriendo de desnutrición, no era momento de ser un holgazán.

“Volveré a mi país en este momento por algo de medicina, estaré de vuelta mañana en la mañana”.

“¡¿Eh?!”

Valletta estaba sorprendida por la proclamación de Kazura.

Por lo que ella sabe, caminar por la noche en un territorio desconocido sin ninguna iluminación equivale al suicidio.

En un rincón de su mente, ella pensó que si se trataba de Kazura, podría tener algún instrumento de iluminación, pero para un comerciante que había llegado finalmente a la aldea después de perder el camino al salir en medio de la noche, aunque sea a su país de origen, a diferencia del día donde se podría incluso perder, de noche podría ser atacado por animales o bandidos.

“¿Ahora mismo? ¿Pero el sol está a punto de ponerse? Los caminos son peligrosos por la noche, mañana por la mañana es mejor… Pero ir hasta el puesto fronterizo de Balveil desde aquí, le llevará al menos cuatro días sin importar lo rápido que vaya”.

Valletta se preocupaba por su seguridad, pero Kazura negó con la cabeza.

Parece que Valletta confundió a Kazura por haber llegado en la dirección de Balveil, pero caminar desde aquí hasta Japón solo tomará unos quince minutos.

Él había marcado los árboles en el bosque, y no tenía que caminar mucho.

“Bueno, si aplazo mi partida alguien podría morir, si eso sucede el lamento no será ninguna condolencia. Además, no es como si viniera de Balveil. Puedo ir y volver en medio día”.

Kazura sacó una linterna de su bolsa de viaje, luego él encendió el interruptor.

“¡¿Eh?!”

“Incluso si los caminos son oscuros, tengo esto”.

Mientras que Valletta todavía estaba sin habla por la fuerte luz de la linterna, Kazura dijo: “Bueno, nos vemos mañana”, y salió de la habitación.

“Ahora, ¿habrá supermercados 24 horas cerca de la casa?”

En medio del oscuro bosque donde el sol se había puesto, Kazura buscó las marcas que hizo cuando llego con la luz de la linterna, mientras sujetaba su bolsa de viaje en la mano.

Como no estaba lejos en primer lugar, después de dos minutos él ya se encontraba en el pasadizo de piedra.

“Discúlpame, pasando de nuevo”.

Saludó al desmoronado esqueleto en la esquina del pasillo como de costumbre y cruzó el portal que llevaba a su mundo.

En cuanto confirmó que el paisaje había cambiado, Kazura salió de la residencia y subió a su auto.

“Veamos, el supermercado más cercano está a… 40 km de aquí, eh. Es una gran escases de supermercados”.

Suspirando y quejándose, Kazura condujo su coche hacia el supermercado que estaba a 40 km de distancia, donde se podría comprar el Lipo-D y los productos alimenticios.

“50 aldeanos enfermos, aldea entera desnutrida. Además, los bebés cuyas madres no pueden dar leche… Arroz y alimentos enlatados y también leche en polvo. Veamos, cuánto debo comprar”.

Kazura finalmente se dio cuenta de la cantidad aterradora de alimentos que tenía que comprar mientras empujaba su carrito en el supermercado y pensaba.

“Espera un minuto, iba a llevar arroz, ¿pero si no hay agua? Si no me equivoco, la aldea pasó por una sequía, ¿no? Creo que tienen suficiente para beber, ¿pero tienen lo suficiente para cocinar el arroz?”

Es demasiado tarde para lamentar el no haber salido después de enterarse de la situación de la aldea por Valletta.

Después de haber pensado en muchas cosas mientras empujaba su carrito, al final compró 100 kg de arroz pre-lavado, 20 kg de sal, 5 kg de ciruelas secas, 400 botellas de Lipo-D (todo lo que había en la tienda), 10 latas de leche en polvo, 10 litros de agua (para su uso con la leche en polvo, en caso de que el agua esté demasiado sucia), y 60 latas de durazno enlatado (la abuela dice que hay que comer duraznos enlatados cuando estás enfermo).

Si no hay agua, les daría a los aldeanos Lipo-D como alimento temporal, y traería agua en un tanque más adelante.

Cuando la mercancía llegó a la caja registradora, la chica preguntó, “¿esto es para alimentos de emergencia?” Y él asintió con honestidad.

“La esquina donde están las medicinas está cerrada en este momento, como esperaba. Los medicamentos que traje de mi apartamento no son suficientes…”

Kazura se quejaba mientras conducía con más de 150 kg.

Ahora mismo son las 9:30 pm.

Conduciendo a una velocidad segura de 40 km/h a lo largo de los caminos de la montaña, él llegó al supermercado a las 8:00 pm.

Por supuesto, la esquina donde se encontraban los medicamentos estaba cerrada.

Hay 20 píldoras de cada una de antiácidos y analgésicos que le di al jefe del pueblo, pero ya que hay 50 personas enfermas ese número no es suficiente.

Pero una vez más, los antiácidos son para proteger el revestimiento del estómago, y aunque los analgésicos son antipiréticos, el mayor causante de curar su enfermedad era la nutrición de la bebida Lipo-D.

Si la mayoría de la gente se ha debilitado debido a la falta de nutrición, debería ser capaz de arreglarlo con el Lipo-D.

“Creo que puedo darle medicinas a las personas con fiebre alta o el dolor. Si pudiera salvar sus vidas, lo dejaría así por el momento”.

Comprometiéndose así por el momento, Kazura se encaminó por el oscuro camino de la montaña.

Caminando mientras observaba las casas de campo que se veían en el paisaje, Kazura de repente se dio cuenta de algo y gritó: “¡Ah, mierda!”.

“¿Cómo puedo llevar tantas cosas a la aldea?… probablemente no pueda meter el auto a la casa”.

La mercancía que llevaba pesaba casi 150 kg, es imposible llevar todo a la aldea en la mano.

Él podría hacer varios viajes, pero como un hombre moderno de hoy día, Kazura preferiría no hacerlo.

“Este… es un problema, incluso si voy a la ferretería probablemente ya esté cerrado… ¿tendré que hacer varios viajes…?”

Mientras conducía y pensaba, vio una carreta de tracción en un cobertizo de almacenamiento en un campo al borde del camino.

Kazura detuvo el auto y se quedó mirando fijamente la carreta en el cobertizo.

“Mmm, buen momento… pero si lo tomo sería un ladrón”.

Aunque es un modelo antiguo de hierro, es muy resistente debido a su estructura simple.

Las ruedas estaban hechas de neumáticos anti pinchazos (NT: caucho macizo en el interior)

“No hay vuelta atrás… esta es una emergencia, espero me perdonen por esto”.

Kazura tiró de la cerreta fuera del cobertizo y junto el manillar a su auto con una cuerda.

Luego sacó 30 billetes de 10.000 Yenes de su cartera, los puso en una bolsa de plástico que tenía en su auto y escribió en la bolsa “Lo siento”. Puso la bolsa donde estaba la carreta vieja y regresó a su propio auto.

Por cierto, varios días después, cuando Kazura pasó de nuevo por el cobertizo, había una nueva carreta y tenía una nota puesta en ella que decía: “Gracias, tome algunas verduras si gusta”.

“Por fin… la cuerda no se desató del auto”.

Desató la cuerda en la parte posterior del auto y llevó la carreta dentro, poniendo el arroz y otras cosas en el asiento trasero.

Él condujo lentamente, pensando en la carreta que llevaba las cosas, por lo que le llevo bastante tiempo volver, y actualmente eran las 12 de la noche.

Pero aun así, él estaría de vuelta en la aldea de Valletta con una hora de retraso como mucho.

Sólo habían pasado 6 horas desde que se fue de la aldea.

“Me gustaría tomar un descanso, pero no lo haré. Tomemos algunas ciruelas y algo de Lipo-D y continuemos”.

Cuando pensaba sobre eso, él no había comido nada, además de la sopa con algunas hojas y bichos de Arcadia desde que se fue al otro mundo.

Es un poco difícil ya que carece da calorías, pero con un par de Lipo-D y ciruelas era más que suficiente.

“Voy a tener que limpiar el tatami después…  ¡Bueno, vamos!”

Kazura gritó para elevar su espíritu de lucha, mientras movía la carreta cargada con 150 kg y cruzó el umbral hacia el otro mundo.

“Ohh, esta es una carreta para usted. Es ligera”.

Kazura tiró de la carreta mientras pasaba por el pasadizo de piedra lentamente, e iluminó el camino con su linterna.

Mientras pasaba por el bosque, tuvo algunos problemas con las raíces de los árboles, pero gracias a que la carreta tenia uno cientos de kg, pudo pasar perfectamente.

Llevando la carreta hasta la casa de Valletta, pasado cinco minutos, alguien llegó corriendo desde la casa.

“Eh, Valletta-san, ¿todavía estás despierta?”

“¡Kazura-san! ¿Podría ser? Está de vuelta… ¡¿Y ese equipaje?!”

Valletta abrió los ojos sorprendida al ver la gran cantidad de carga que llevaba.

“Traje alimentos y medicinas de mi país. Umm, estaría agradecido si las tomaras sin preguntar demasiado”.

Él pensó en decirle que era de otro mundo, pero incluso si le dijera que es de otro mundo probablemente no le creería.

Además, si piensas en eso, es una historia bastante rara que haya un lugar al que puedas ir a Japón y volver en cinco minutos a la aldea, y todavía nadie de la aldea sepa de su existencia.

Si ese pasadizo de piedra era algún lugar sagrado, sería un poco preocupante.

“Kazura-san… podrías ser Gre…”

“¿Eh?”

“Ah, no, no era nada. Hay tantos alimentos y medicinas, ¡muchas gracias!”

Por alguna razón, Valletta se puso nerviosa. Luego le agradeció a Kazura y se deslizó por el manillar para ayudarle a tirar de la carreta.

Se preguntó que estaba a punto de decir, pero en todo caso, él estaba agradecido de que no preguntara demasiado.

Luego movió la carreta junto con Valletta a su casa durante cinco minutos, pero ella parecía estar sumida en sus pensamientos y no dijo una palabra.

“Ah, me duele la espalda, me están dando calambres musculares”.

Después de llevar la carga en la carreta hasta la residencia de Valletta, Kazura se frotó la espalda con sus manos.

Aunque Valletta no parecía demasiado desnutrida, él no quería que llevara cosas pesadas, así que Kazura trajo los 100 kg de arroz y Lipo-D por su propia cuenta.

“Lo siento, no tengo mucha fuerza”.

Mirando a Kazura, Valletta se disculpó.

“Ah, no, no, no te preocupes por eso. En lugar de eso, ya es de noche, así que, ¿qué hacemos? ¿Deberíamos llevar las medicinas a las casas?”

“Sí, estoy segura de que todos tienen dolor, por lo que quiero dárselas lo más pronto posible”.

“Es cierto”, dijo Kazura, accediendo a lo que ella dijo, rápidamente se colgó la bolsa de viaje que estaba en la carreta en el hombro.

Estaba llena de Lipo-D y leche en polvo, además de biberones.

“Bien, vamos”.

“Okay”.

Encendiendo la linterna, los dos caminaron por la aldea.

“Aquí, espera y bebe esto. Esta es la medicina mágica, pronto se curará de su enfermedad”.

“E-En serio… gracias…”

“¿Eh? No, no es la gran cosa…”

Al llegar a la casa de uno de los aldeanos, rápidamente sacaron el Lipo-D e hicieron que lo bebiera.

Valletta les dio Lipo-D para beber, por alguna razón, confiaban plenamente en ella, pero Kazura todavía no estaba convencido y se sentía un poco nervioso.

“¿Qué está diciendo? ¿Acaso no es la verdad? Ven, vamos a la casa de al lado.”

Incluso teniendo tal argumento, se fueron rápidamente a la casa del siguiente aldeano.

Después de todo, en total había 50 aldeanos.

Visitando cada casa, se tomaban su tiempo en cada una.

“Ah, es cierto, ya que había bebes que no pudieron conseguir la leche de su madre, tengo algo para sustituirlo, hay que darse prisa”.

“¿Eh? ¿En serio? Entonces lo siento por las personas enfermas, pero vamos a dar prioridad a los bebés”.

En el momento en que terminaron de hacer sus rondas en cada casa, el sol ya se asomaba detrás de las montañas.

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