domingo, abril 30, 2017

Katahane no Riku - Volumen 2 - Capitulo 50


Capítulo 50: Cortando a través del viento nocturno


Karula voló, cortando el viento de la noche.

Karula era un mensajero. Los mensajeros demonio de tipo conejos y panteras tenían fuertes piernas, pero Karula usaría sus preciosas ala negras, batiéndolas con toda su fuerza para entregar mensajes. Esta noche también, llevando los papeles con palabras escritas por Charlotte, la suplente Rey demonio, iba directamente a la isla de Sherr.

Batiendo sus alas negras, Karula atravesó la oscuridad de la noche. Había continuado fervientemente volando sobre el mar durante tres noches sin dormir. No importaba la experiencia que tuviera, era una mensajera, todavía tomó un gran esfuerzo encontrar puntos de referencia cuando estaba en medio del mar. Decidir la dirección donde ir con el sol en el día y con las estrellas en la noche, ella seguiría volando.

Por eso, hoy, la noche había sido muy agotadora, con un cielo donde era difícil encontrar las estrellas, ya que la mayor parte estaba lleno de copos de nieve. Sin embargo, si estuviera volando por encima del campamento enemigo, entonces sería otra historia. En este caso, serían las mejores condiciones meteorológicas para estar volando. Las alas negras de Karula desaparecerían en la oscuridad de la noche.

Fue cuando había estado volando a una gran altura durante algún tiempo. Distante en el horizonte, encontró una sola luz sola en la oscuridad. Había decenas de faroles. Probablemente eran los barcos que estaban anclados allí. Con curiosidad, mirando la parte superior del mástil de un barco, vio la bandera de los espiritistas ondeando allí. Karula inclinó la cabeza hacia el lado con asombro.

—… Los números han aumentado.

Según lo que había oído de Charlotte, se suponía que había unos diez barcos que rodeaban la isla. Aparentemente, desde que habían recibido la información, el número de enemigos había aumentado.

En cuanto a no ser detectada por los espiritistas, Karula aumentó su altura. Moviendo hábilmente sus alas, aumentó su altura de vuelo, consiguiendo impulso con el viento. Después de hacer eso, podría tener una visión clara de la isla rodeada por los espiritualistas. En esa isla aislada que no tenía nada de inusual, había un templo que a pesar de su diseño modesto, era muy grande.

—¿Está allí?

Estaba casi segura, ese templo era su destino.

Habiendo confirmado eso, se deslizó hacia la plaza que estaba en el centro del templo. De una manera que no atraía la atención, ella calmadamente, pero muy rápido, voló hacia abajo. Karula ignoró a los pocos soldados demonio apostados como miradores que la apuntaban mientras hablaban de algo el uno al otro. Aterrizando sus pies en la fuente situada en el centro de la plaza, una sensación de agotamiento la llenó repentinamente ya que había pasado mucho tiempo desde que había puesto sus pies en el suelo. Debido a la sensación de agotamiento, sus piernas comenzaron a sentirse como si se desmoronaran.

Sin embargo, si ella estuviera cansada con sólo esto, no sería calificada como un buen mensajero. Después de tratar de animarse, llamó a los soldados que estaban cerca.

—Desde el cuarto ejército del ejército del Rey demonio, afiliada al cuerpo de mensajeros, soy la primer teniente Karula Fezah. Vine a entregar las órdenes del Señor Demonio provisional, Charlotte-sama. Me gustaría pedir una audiencia con la teniente comandante Riku Barusak con urgencia.

—S-sí. ahora mismo.

Los soldados demoníacos corrieron con tanto vigor que parecía que sus culos estuvieran ardiendo. Y luego, poco después, apareció una chica completamente cubierta de rojo.

En contraste con Karula, era una chica que se destacaba incluso en la oscuridad de la noche. Tenía un pelo rojo que parecía estar ardiendo y llevaba una armadura roja como la sangre. Adivinando por la alabarda que llevaba detrás en su espalda, que era probablemente la que a menudo se conocía como [aquella que no conoce su lugar o aquella por encima de sus posibilidades], la teniente comandante Riku Barusak.

Con Karula inclinando su cabeza cortésmente, Riku Barusak bajó un poco la cabeza.

—Buen trabajo llegando tarde esta noche… Entonces, ¿son órdenes de esa chica?

Con cómo, habiendo sido llamada Charlotte” esa chica”, Karula frunció las cejas. Sin embargo, antes de nada, era necesario terminar su misión primero. Karula sacó suavemente la carta.

—Aquí está.

—Gracias.

Riku Barusak abrió bruscamente la carta que había recibido de Karula. Y luego, con ojos que no parecían esperar mucho de nada, empezó a seguir las palabras que estaban escritas en la carta.

—Resumiendo, esa chica … ¿Nos está enviando refuerzos?

—¿Hay algo que te moleste?

—No… Sólo que no está escrito cuándo, cómo, y en qué escala serán los refuerzos. ¿Qué se supone que debo hacer con esa falta de detalles?

Riku le mostró a Karula la carta. Al parecer, parece que no creía completamente en la información sobre los refuerzos en absoluto.

Viendo la forma en que había leído la carta y cómo, sin vacilaciones, no se dirigió a Charlotte con ningún honorífico, Riku Barusak debe odiar a Charlotte mucho. Karula inclinó la cabeza hacia un lado perpleja ante la diferencia entre lo que decían los rumores sobre ella y la realidad. Karula había oído hablar de cómo Riku había protegido a Charlotte a pesar de todas sus lesiones. ¿Ese rumor sólo eran mentiras?

—¿Y ahora? ¿Volverás a preguntarles eso?

—No. Pienso que poniendo en consideración la posibilidad de que la carta cayera en manos del enemigo, los detalles no fueron escritos. Si todo va bien, después de terminar todos los preparativos, los refuerzos deben llegar después de una semana.

—…Una semana.

Con la respuesta de Karula, Riku entrecerró los ojos. Poniendo su fino dedo en su barbilla, Riku estaba pensando en algo. Y luego, mientras mostraba una traicionera sonrisa como si estuviera tramando algo, empezó a hablar como si acabara de recordar algo.

—Entonces, tú… ¿Cuándo piensas irte?

—¿De qué estas hablando?

—¿Está bien que no vayas con Charlotte… -sama para decirle que has entregado el mensaje?

—No, en realidad, el líder de las fuerzas es el teniente general Adlar-sama, así que…

—¡Deberías haberlo dicho antes!

En el instante en que Karula había hablado de Adlar, la expresión de Riku Barusak cambió.

La cara que parecía estar tramando algo malo cambió completamente, convirtiéndose en una cara seria y honesta. Ella todavía parecía estar pensando en algo, pero ella era completamente diferente de cómo se mostraba hace unos momentos. El brillo de sus ojos ahora era como una cuchilla afilada. Debido a ese repentino cambio, Karula dio un paso atrás. Sin embargo, Riku no dejó que Karula huyera.

—En otras palabras, significa que has sido encargada como mensajera entre yo y el capitán Leivein, ¿verdad?

—Sí.

—Pero no hay manera de que pueda estar intercambiando cartas todo el tiempo, bien… solo puedo usarla para asuntos serios … Por el momento, descansa esta noche. Segundo teniente Asty, guía al primer teniente Fezah a una habitación vacía.

Diciendo sólo eso, Riku Barusak dejó el lugar. Con Karula distraída siguiendo esa pequeña espalda con sus ojos, la chica llamada Asty agitó su mano delante de ella.

—¿…Qué estás haciendo?

—Ah, es porque parecías estar soñando despierta, de gozaru, por eso lo hice. ¿Te has sorprendido por el cambio de comportamiento del teniente comandante, de gozaru?

Asty sonreía ampliamente. De forma que Karula sólo podía dar una sonrisa irónica sin poder decir nada, Asty probablemente terminó malentendiendo algo. Hablaba con tal buen humor que parecía que empezaría a tararear en cualquier momento.

—La Teniente comandante es alguien que claramente distingue entre quién le gusta y odia de gozaru. Lo más probable, justo ahora, si Charlotte-dono viniera, tenga una estrategia para hacer que tanto los espiritistas como los refuerzos se destruyeran los unos a los otros pasando por su mente. Ella ah, es muy afortunada que sea el teniente general Adlar; gracias a dios.

—¿…Es esto lo que se supone que te hace feliz?

Al ser preguntado por Karula, Asty comenzó a sacudir la cabeza en pánico, recalcando en decirle que no revelara lo que acababa de decir. Por supuesto, habría estado bien si se lo dijera a Charlotte. Si Charlotte hubiera oído hablar de esto, sería posible que Riku recibiera castigo. Sin embargo, Karula no tenía la intención de informar sobre esto.

En este intercambio único, Karula tenía la sensación de que acababa de ver una pizca de los rumores de Riku Barusak [la locura]. Si ella actuara mal, y terminaba siendo asesinada entre bastidores, no sería una coincidencia.

—Sólo haré lo que me mandaron.

Diciendo sólo eso, decidió olvidar ese intercambio de hace unos momentos.

Lo importante ahora era cubrirse con una manta y dormir caliente. Mientras deseaba un breve descanso, el mensajero de alas negras caminó a través de la oscuridad del templo.

***

Rook Barusak empezó a cansarse del mar.

Incluso si se diera la vuelta, no habría ningún cambio en el paisaje, sólo habría cielo azul y el mar que se extendía sin cesar hasta el horizonte. Al principio, soltaba palabras de admiración.

Sin embargo, después de estar así por una semana, obviamente se cansaría del paisaje. Su disfrute decayó acorde al balanceo de las olas, dejó escapar un pequeño suspiro. A pesar de que no se sentía mareado, estaba empezando a anhelar la tierra.

Acostado en la cubierta del barco, cerró silenciosamente sus pesados ​​párpados. Hasta que no hubiera movimientos del enemigo, no habría nada que hacer en particular. No tenía ganas de estudiar, pero aún así, tampoco tendría ganas de moverse y gastar su energía en algo. Con la canción de cuna de las olas golpeando a la nave para distanciarse, Rook estaba cayendo en el mundo de los sueños.

—¿Qué te pasa, Rook?

La que lo despertó fue su hermana mayor biológica, Raku Barusak.

Después de despertar, el cielo que se suponía era azul ya se había vuelto negro. En el cielo, una cantidad incalculable de estrellas empezó a aparecer.

—Qué… Es Raku-ane.

Tal vez porque había estado en el sol durante algún tiempo, lo que normalmente habría sido su piel anormalmente blanca se había convertido en marrón claro. Desprendía cierto encanto adulto.

—Por cierto… ¿Hasta cuándo vamos a seguir rodeando la isla de Sherr?

Rook y su ejército habían capturado Fert, y después de eso, se dirigieron inmediatamente a la isla de Sherr.

La que había dicho que usarían la isla de Sherr era Raku. Con el fin de reducir parte de la fuerza de combate de Fert, ella arrojó información falsa. Rook no sabía qué tipo de información se lanzó. Todo lo que sabía era que una situación que hizo que el lado demoníaco enviará tropas a Sherr a toda costa se había dado realmente.

Los soldados enviados para capturar la isla de Sherr no eran de Perikka, que estaba situada en el mismo mar, las tropas con los marineros más fuertes fueron llevadas a Fert. Es más, era inesperadamente fácil llegar a la isla Sherr desde Fert. Haciendo eso, se hizo una pequeña brecha en sus defensas. Apuntando a esa brecha, se hizo posible hacer lo que habían hecho; provocar a los soldados en Fert, y capturarlo de una sola vez.

Todo lo que le quedaba por hacer a Rook era sólo una cosa… Era recuperar la isla Sherr, que había caído en manos de los demonios.

—Sé que ahora, los que están en la isla Sherr son demonios que se consideran fuertes incluso entre los de Fert. Pero ya sabes, también tenemos quince naves de guerra. Si atacamos ahora…

—Disparates. Es importante atraer al enemigo debilitado.

Raku rechazó los murmullos de Rook. Ella estaba lanzando una mirada de desprecio que era como si estuviera mirando a algún estúpido. Esa mirada hizo que la irritación de Rook empeorara. Calmadamente de pie, miró a Raku.

—Muchos espiritistas están siendo retenidos en el templo de la isla de Sherr. ¿No es mejor ir a salvarlos tan pronto como sea posible?

—No hay necesidad de sentir pena por los espiritistas derrotados, Rook. Los demonios no están acostumbrados a las batallas navales. Es definitivamente imposible para ellos lanzar un ataque al enemigo inesperado y pasivo que había venido justo después de su victoria. Además, están limitados por cualquier cosa comestible que haya en ese templo. Después de un mes, se debe agotar… En otras palabras, cuanto más tiempo pasa, más en desventaja están los demonios. Después de que se debiliten, una vez que llegue la oportunidad, nosotros, que estamos en una posición perfecta, vamos a cosechar nuestra recompensa. No hay manera de que dejemos a los demonios que tengan ventaja después de tratar descuidadamente de desembarcar en su orilla.

Raku sacudió la cabeza.

Rook sabía la teoría detrás de lo que Raku quería decir.

Espiritistas que fueron derrotados por demonios serían castigados por eso. La forma en que Rook recibió órdenes de atacar la impenetrable ciudad de Fert fue lo mismo que decirle que muriera, lanzándose a la batalla sólo para esperar su muerte. Él era consciente de eso. Sin embargo, no era lo mismo que matarse inmediatamente.

Pero una vez que esos espiritistas se habían convertido en cautivos, habían perdido sus derechos de vida y muerte ante los demonios. No se sabía si los demonios, que habían matado a Rebeca, que seguía siendo un niño que aún desarrollaba su fuerza, sin vacilaciones, seguirían la manera formal de tratar a los prisioneros.

—Oye, cálmate. Te estás volviendo loco.

—Es Raku-ane que es demasiado tranquila ¿…Qué?

En ese momento, mirando por encima del hombro de Raku, Rook vio algo moviéndose.

Desde la isla Sherr, había una flota que se aproximaba en medio de la oscuridad. Su número era de cuatro naves. Sin apartarse de su objetivo, iban directo a ellos. Antes de que Rook pudiera gritar algo, Raku, que se dio cuenta de la flota, levantó la voz.

—¡El enemigo se ha movido! ¡Preparen los arcos! ¡desatad una lluvia de flechas sobre ellos!

Era una voz que perturbaba la oscuridad de la noche. Los soldados medio dormidos despertaron y galantemente se dirigieron a sus posiciones. Consiguió su propio arco, Raku lo alzó, preparando una flecha lista. Rook también corría al lado de Raku, y como él había sido enseñado por Selestinna, sostenía su arco. Apuntando a las sombras de los demonios de pie en el barco en el centro de la flota, todo el mundo esperaba la señal de Raku.

—¡Ahora! ¡Disparen!

Desde que los espiritistas habían rodeado la isla Sherr, hoy era el decimoquinto día. En lugar de la luna, que no se dejaba ver, todo el cielo estaba lleno de estrellas.

Junto con el sonido de las flechas cortando el viento, las cortinas para el siguiente acto de la obra, la batalla naval de la isla de Sherr, fueron cortadas y rasgadas.




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