jueves, marzo 23, 2017

I Shall Seal the Heavens - Volumen 1 - Capitulo 55

ISSTH.

Volumen 1: Patriarca Confianza.

Capítulo 55: Dominante.



Una mirada oscura apareció en los ojos de Meng Hao. Estaba rodeado por discípulos de varias sectas del Estado de Zhao y los Cultivadores de túnicas blancas se estaban acercando desde la puerta Este. Si llamaba la atención de varios excéntricos de las tres sectas de la ciudad, entonces las oportunidades de irse serían muy pocas.

Cuando los discípulos de las Sectas del Estado de Zhao vieron a los discípulos de la Secta Destino Violeta caminando, aparecieron expresiones entusiasmadas en sus rostros. Ser capaces de hacerse amigos de ellos les haría incrementar su reputación en sus propias Sectas, dándoles ventaja de mayor desarrollo. Muchos de ellos habían asumido que los discípulos de la Secta Destino Violeta les ignorarían a todos ellos, pero resultó que en realidad se estaban acercando a ellos.

“El Hermano Sun es muy bien conocido; será por eso que se están acercando.”

“Sí. Uno de los Ancianos de la Secta Corriente Serpenteante es un familiar suyo. Su base de cultivo es extraordinaria. Los discípulos de la Secta Destino Violeta deben de haber venido para mostrarle algo de respeto.” Uno por uno, fueron apareciendo sonrisas congraciadoras en los rostros de los discípulos del Estado de Zhao de alrededor, especialmente en el joven hombre de las ropas caras. Se iba entusiasmando cada vez más. Escuchando los susurros de los que allí estaban, su corazón se llenaba de orgullo. Parecía que era bien conocido después de todo, lo suficiente para hacer que los discípulos de la Secta Destino violeta aparecieran. Se hablaría de esto en bastantes sitios, haciendo que su posición en la Secta mejorara inmediatamente. Su nombre sería bien conocido por todo el mundo del Cultivo del Estado de Zhao.

Parecía que para Meng Hao, lo que estaba ocurriendo no era nada importante. Sonrió, mirando como si no le importara después de todo. Conforme el joven de ropas caras se movió a saludar a los Cultivadores de túnicas blancas, los discípulos del Estado de Zhao le siguieron. Las discípulas que estaban entre ellos parecían estar más entusiasmadas.

Los ojos de Meng Hao parpadearon. Sacó la lanza de hierro del suelo y se giró para irse.

“Hermanos Daoístas de la Secta del Destino Violeta, yo, Sun, os invito a un banquete en el Restaurante Fénix del Cielo”, dijo Sun Hua, su expresión era de extremado entusiasmo y orgullo. “Compañeros discípulos del Estado de Zhao, por favor, uniros a mí para recibir a los hermanos de la Secta Destino Violeta.” El colectivo de Cultivadores detrás de él hacia que la imagen fuera aún más clara. Junto con su expresión de entusiasmo, estaba claro que estaba tomando el liderazgo entre los discípulos del Estado de Zhao.

Mientras que las palabras salían por su boca, y conforme se inclinaba con las manos unidas, los discípulos de la Secta Destino Violeta pasaban al lado de él, sin mirarlo siquiera. En masa, pasaron al lado de todo el grupo sin una mirada, corriendo rápidamente hacia adelante.

La boca de Sun Hua se quedó abierta conforme observaba lo que estaba pasando, al igual que los otros discípulos del Estado de Zhao que le seguían.

Al mismo tiempo, la persona que lideraba el grupo de los discípulos de la Secta Destino Violeta dejó escapar una carcajada.

“Compañero Daoísta, por favor, espera,” dijo, “Hermano, acabas justo de volver de la montaña de tesoros? Tienes un comportamiento excepcional. Todos nosotros hemos sido testigos de tus acciones en la montaña y te tenemos en la mayor estima. Yo soy Qian Shuihen de la Secta Destino Violeta. Saludos, Compañero Daoísta, puedo respetuosamente preguntar tu nombre?

“Compañero Daoísta, te hemos estado buscando,” dijo otro, “Nunca habríamos imaginado que pudieras haber venido aquí. Hahahaha” Si el Compañero Daoísta tiene tiempo, enviaré a alguien a organizar un banquete. Yo soy Lu Song de la Secta Destino Violeta. Por favor, permíteme invitarte a un banquete.”

Entre los más o menos diez discípulos de la Secta Destino Violeta, esos dos eran los que tenían las bases de Cultivo más altas. Estaban en el octavo nivel de Condensación Qi. Todos los rostros con sonrisas, mientras corrían en frente de Meng Hao, bloqueando su camino. Hablaban con la mayor educación, y cuando se acercaban, le saludan con las manos unidas. Cuando los discípulos del Estado de Zhao vieron lo que ocurría, sus rostros se llenaron de asombro y veneración.

Un casi imperceptible gesto apareció en el rostro de Meng Hao, pero desapareció rápidamente. Sonrió y devolvió un saludo educado. Murmuró su nombre de forma confusa, aunque sabía que aunque no lo dijera claramente, esa gente podía buscarle fácilmente si así lo querían.

Los Cultivadores del Estado de Zhao observaban con incredulidad. Sus cabezas giraban conforme observaban a los discípulos de la Secta Destino Violeta hablando mientras caminaban hacia Meng Hao.

Esto era especialmente cierto para Sun Hua, en cuyo rostro se pudo observar una serie de diferentes expresiones. Había sido insultado, por supuesto, y miraba a Meng Hao con una mirada de incredulidad.

Sabía que los Cultivadores de túnicas blancas eran de la Secta Destino Violeta, en el Dominio Sur. Eran orgullosos y arrogantes, se consideraban que no había quien se les pudiera comparar en el mundo. Y aún así, eran increíblemente educados hacia Meng Hao, y sus ojos estaban llenos de veneración.

Aunque no estaba nada seguro de qué había ocurrido, un sudor frío recorrió su frente cuando les vio siendo tan educados. Se dio cuenta de que hubiera realizado un movimiento justo ahora para probar la lanza, habría perdido un montón de prestigio.

No era el único que estaba sorprendido. Zhou Kao lo miraba, atontado. Originalmente, se había arrepentido de llamar a Meng Hao por su nombre, pero observando la escena que estaba ocurriendo, sus ojos se llenaron de admiración

“El Hermano Meng realmente merece ser un discípulo de la Secta Interna Es una buena cosa que le diera aquellas Piedras Espirituales en aquel entonces. La Secta se ha disuelto, y hemos sido expulsados como perros callejeros, pero él todavía puede causar problemas. Y de alguna forma, había logrado que los discípulos de una de las grandes Sectas del Dominio Sur le trataran tan bien.” Zhou Kai suspiró interiormente.

Arriba, en el Pabellón de Cien Tesoros, Qiao Ling parpadeó unas cuantas veces, observando con incredulidad cómo los discípulos de la Secta Destino Violeta rodeaban a Meng Hao. Cuando ella le vio hablando calmadamente con ellos, no podía olvidar qué había ocurrido hace unos momentos entre ella y Meng Hao. Su interés en él había aumentado aún más.

“Hermano Meng,” dijo Qian Shuihen, cambiando de tema de conversación hacia la lanza en la mano de Meng Hao. “Es esta la lanza sagrada atesorada que usaste para rechazar las bestias demoníacas en la montaña tesoro?” Acababa de mirar la lanza justo ahora, pero no parecía tener ninguna cualidad extraordinaria. Y aún sí, recordaba claramente la forma en la que Meng Hao la había sujetado hacia todas esas sangrientas bestias Demoníacas.

“Por supuesto que es esa,” dijo Lu Song, riendo “tu acciones en la montaña de ese día me hicieron caer en una completa veneración hacia ti. Hermano Meng, no hay necesidad de negarlo.”

Una extraña mirada apareció en los ojos de Meng Hao, pero solo por un momento. Sonrió y asintió.

“Sí, esta es la lanza que usé ese día en la montaña,” dijo con franqueza.

“Esta lanza solo puede ser considerada un gran tesoro,” dijo Lu Song. “Vi como la usaste para herir tantas bestias Demoníacas. Incontables de hecho. Las poderosas acciones del Hermano Meng se han repetido constantemente en mi mente.” Miró a la lanza, con los ojos ardiendo. Entonces miró fríamente a Qian Shuihen, y se miraron mutuamente. Claramente no se gustaban el uno al otro, y ambos sabían que el otro estaba determinado a alcanzar la cima.

Cuando los Cultivadores del Estado de Zhao escucharon todo eso, sus miradas cayeron en la lanza de hierro. Su intención original había sido examinar ese tesoro de Meng Hao. En cuanto ahora, ellos no necesitaban hacerlo. Si los discípulos de la Secta Destino Violeta estaban convencidos de su poder, entonces debía de ser verdad.

Los ojos de Sun Hua brillaron, dando unos pasos hacia delante, observando la lanza de hierro.

“Aunque, tengo que decirlo,” dijo riéndose Lu Song mientras sacudía su cabeza, “Hermano Meng, realmente convertiste nuestra prueba de fuego en un caos. Tomaste tantas píldoras medicinales, Piedras Espirituales y Objetos mágicos de la montaña de tesoros…” Por su expresión, parecía no importarle.

“Oh, eso…” Meng Hao se rió, dando unos pasos hacia atrás.

“No pasa nada,” dijo Qian Shuihen, dando unos pasos adelante, con los ojos en la lanza. “Esa montaña de tesoros pertenece a Excéntrico Song, y le perdió la boca, diciendo que todo aquel con habilidad podía tomar lo que quisiera. Actualmente, las acciones del Hermano Meng me dejaron inmensamente satisfechas. Pero… Hermano Meng, en cuanto a esta lanza; podrías estar interesado en ponerla a la venta? La Secta Destino Violeta estaría deseando ofrecer un precio justo por ella!” Debido a que Meng Hao la mantenía en su mano, Qian Shuihen no tenía oportunidad de inspeccionarla. Debido a que no había alcanzado la etapa de Fundación Establecida, no tenía Sentido Espiritual, y no había ninguna manera de sentir todos los detalles.

“Bueno…” Meng Hao parecía dudar.

“Hermano Meng,” dijo Lu Song, con sus ojos brillando. “Esta lanza es realmente muy importante para nosotros. Por favor, permítete el separarte de ella!” Sabía que su primer objetivo era forzar a Meng Hao a acceder. Entonces, él y Qian Shuihen podrían batallar por ella. Dio un paso adelante conforme hablaba, con un aire dominante llenando sus ojos.

“Excéntrico Song trata a la gente con malicia y sin piedad. Has cogido muchos de sus más preciados tesoros. Si nuestro Anciano de la Secta Destino Violeta Wu no le hubiera sujetado, el Hermano Meng se habría encontrado un poco en peligro justo ahora. “Qian Shuihen fue más lejos, con su porte prepotente. En este punto, no hizo ningún esfuerzo para ocultar su poder conforme hablaba.

Los otros discípulos de la Secta Destino Violeta avanzaron lentamente, formando un círculo alrededor de ellos. Sus ojos brillaban con el deseo de poner sus manos en la lanza.

“Esta lanza es solo un objeto ordinario,” dijo Meng Hao, observando a su alrededor al círculo de gente, entornes se giró hacia Lu Song y a Qian Shuihen con el ceño fruncido.

“Hermano Meng, no hay necesidad de bromas,” dijo Lu Song con una carcajada, sus ojos se movieron por media lanza. “Yo sé que no estoy equivocado. Esta es la lanza que usaste. Esa muesca en ese lado, yo la vi claramente ese día.”

Meng Hao se quedó boquiabierto. Parecía que esta persona había mirado a la lanza incluso más atentamente que lo había hecho él. No había visto ninguna muesca antes, pero ahora que miraba, estaba seguro, allí estaba.

Cuando Lu Song vio su expresión, solo sirvió para que aumentara su certeza. Aunque llevaba una sonrisa en su rostro, sus ojos eran fríos. No tenía permitido matar a Meng Hao para conseguir un hueco en la Secta Interna, pero podía usar otros métodos, y no se reprimiría.

“Incluso si sólo es un objeto ordinario, todavía deseo comprarlo,” dijo Qian Shuihe amenazadoramente, su voz era más fría que antes. “Estamos decididos a tener esta lanza. Por favor, Hermano Meng, no nos hagas las cosas más difíciles, de otro modo, estaremos muy disgustados, y por lo tanto tú también. Puedes tener la lanza en la mano, pero la Secta Destino Violeta es una de las cinco grandes sectas del Dominio Sur. Aun más, nuestro poder es mayor del que puedas imaginar, Compañero Daoísta. Además…. No somos nosotros quienes queremos la lanza, sino el Anciano de la Secta Wu.”

Después de escuchar esto, los cultivadores del Estado de Zhao intercambiaron miradas. Sus rostros se iluminaron con burlas hacia Meng Hao, pero mantuvieron su silencio.

La sonrisa de Sun Hua era especialmente ancha. Conseguir la ayuda de esta gente para conseguir información sobre la lanza era una buena cosa. A parte de lo que ocurriera finalmente, él sería capaz de tomar ventaja de la situación y realizar un movimiento. Además, a parte de que Meng Hao tuviera una lanza tesoro, no se atrevería a ofender a una gran secta del Dominio Sur.

“Si no accedo, entonces me forzarás?” preguntó Meng Hao, con su mirada volviéndose seria.

“Nuestra secta no roba tesoros de la gente,” dijo Lu Song con una carcajada, “Pero Hermano Meng, deberías de pensar las cosas cuidadosamente. Qué bien te haría ofendernos? Más aún… si realmente quisiéramos robar la lanza, podríamos hacer que otra gente lo hiciera por nosotros. Nosotros no tendríamos que hacer nada.” Miró hacia los discípulos del Estado de Zhao parados a una corta distancia y asintiendo. Sun Hua y los otros parecieron muy entusiasmados de pronto.

“Hermano Meng, yo, Qian, admiro mucho tu actuación en la montaña de tesoros. Pero no nos vayamos por las ramas. Quieras o no vender la lanza, lo harás!” Sus ojos estaban serios, y sus palabras frías.

El corazón de Meng Hao se lamentó, si estas personas quisieran traerle problemas por sí mismos, él no podría pararlos. Una variedad de expresiones cruzaron su rostro, y entonces dio unos pocos pasos más hacia atrás, murmurando para sí mismo. Entonces, apretando sus dientes, levantó su cabeza, con sus ojos inyectados en sangre.

“Estimados discípulos de la Secta Destino Violeta. Si realmente deseáis comprar mi lanza, por favor, decid vuestro precio.” Meng Hao movió su manga, clavando la lanza en el suelo. Su rostro parecía estar serio y dolorido.



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