miércoles, marzo 22, 2017

I Shall Seal the Heavens - Volumen 1 - Capitulo 45

ISSTH.

Volumen 1: Patriarca Confianza.

Capítulo 45: Una mirada atrás hacia el mundo mortal después de Tres años.



El viento del otoño circuló alrededor del Monte Daqing en el norte del Estado de Zhao. Muchas de las enredaderas se habían secado y las hojas flotaban hacia abajo por la montaña, cayendo al río. Quizá ellas, como la botella de calabaza de hace años, con el tiempo llegaran al Mar de la Vía Láctea y entonces flotaran por el Gran Tang en las Tierras del Este.

Bajo el Monte Daqing había tres condados. El Condado Yunjie era el más floreciente de los tres, no era muy grande, pero bullía de la cantidad de gente. Cuando era el día de mercado, la gente de toda la región de la montaña, se concentraba allí, y había un gran barullo de voces que llenaba el aire.

En este día, un joven que vestía una túnica escolar de color azul y limpia caminaba por el Yunjie, pareciendo inquieto de la emoción. Aunque fuera un extranjero, su rostro parecía familiar, era, por supuesto, Meng Hao.

Caminó por las familiares calles, pasando cerca de las casas y las tiendas. Dio una vuelta por el mundo mortal, recordando muchas cosas de su pasado. Este lugar contenía sus recuerdos de la niñez, la amarga soledad de su niñez, y su terco apego a los estudios. Por lo que tenía numerosos e inolvidables recuerdos.

Pasando por un largo patio, dijo, “Aquí debería ser donde vive la Srta. Sun….” Los muros que antiguamente parecían tan altos, ahora parecían de alguna forma más cortos. Pasados los muros, estaban las habitaciones de la Srta. Sun, un lugar que había sido objeto de muchas fantasías en el pasado.

Muchas veces había imaginado a Steward Sun tomándole apego a él, y que entonces le ofrecía la mano de Lady Sun en matrimonio. Se rumoreaba que tenía la belleza de una diosa.

Habían pasado tres años, no demasiado tiempo, pero para Meng Hao, parecía como si hubiera pasado toda una generación y ahora hubiera otra generación distinta.

Agitando su cabeza emocionalmente, estaba apunto de irse cuando de repente las puertas principales de la mansión Sun se abrió y apareció una silla de manos. Meng Hao paró, cuantas veces en el pasado había mirado hacia el patio esperando dar un vistazo a las habitaciones de Lady Sun? Sus ojos parpadearon conforme vio la silla de manos. El viento movió de repente la cortina de la silla, y vio a una chica extremadamente gorda dentro, su cara cubierta con puntos negros. Era joven. A Meng Hao se le cayó la mandíbula al verla.

Si no hubiera reconocido a la sirvienta cerca de ella, nunca habría creído que esa joven mujer era realmente la Srta. Sun.

La silla de manos desapareció en la distancia y Meng Hao continuó caminando, sintiéndose un poco arrepentido.

“Acabo de destruir la imagen de mi amante soñada…” se dijo, agitando su cabeza. “Bueno, los sabios tenían razón: evitar las miradas inapropiadas. No debería de haber mirado, no debería haber mirado.” Un gesto triste apareció en su cara mientras caminaba alejándose.

Por la tarde, Meng Hao se encontró mirando boquiabierto a una casa grande lejos, en la distancia. Estaba desgastada y dilapidada y había claramente gente viviendo dentro. Podía escuchar el ruido saliendo hacia fuera. Sonaba como si los ocupantes estuvieran discutiendo.

Esa era la residencia familiar de Meng Hao. Hace años, había sido desalojado y fue forzado a venderla. Dentro de la casa habían muchos bellos y felices recuerdos del pasado, al igual que algunos amargos, aún así, los recuerdos más fuertes fueron del la época después de que sus padres desaparecieran.

Las imágenes aparecieron sucesivamente en la mente de Meng Hao. Permaneció allí hasta que el ocaso empezó a caer.

Silenciosamente, se acercó a la puerta, levantó su mano, y tocó.

La llamada acalló el estruendo de la discusión que continuaba sin parar desde la tarde. Después de un momento, la puerta se abrió. Un hombre de mediana edad apareció allí, con el ceño fruncido. Su cara cubierta de arrugas debidas a una vida de duro trabajo.

“Quién eres tú? Qué quieres?

“Tío Li…?” dijo Meng Hao quieto, mirando al hombre en frente de él.

“Tú…” el hombre de mediana edad se quedó boquiabierto de la sorpresa. Miró de cerca de Meng Hao, y después una mirada de incredulidad apareció en sus ojos. “Meng Hao? Tú…. Dónde has estado? Entra!” Con una mirada de grata sorpresa, el hombre arrastró a Meng Hao dentro de la casa.

“Esposa, ven a ver quién es!”

Una mujer de mediana edad estaba sentada dentro, con lágrimas en sus ojos. Cuando ella escuchó las palabras de su marido, y vio a Meng Hao, tragó saliva por un momento, entonces levantó sus pies, sus ojos brillantes de la alegría.

“Realmente es Meng Hao…” dijo el hombre.

“Chico, todo el mundo dijo que simplemente te habías levantado e ido ese año. Deja que la Tía te eche un vistazo.” Permaneció en frente de él, mirándole de arriba abajo, sus ojos llenos de felicidad. Parecía haber olvidado que había estado toda la tarde discutiendo. “No te he visto por años, te has hecho más alto, pero, ay, eres más delgado. Debes de haber padecido un montón durante estos años.

“Aquí, toma asiento. La Tía cocinará unos cuantos platos para ti. Acabas justo de llegar, espera un poco. Puedes haber vendido este lugar a tu Tío Li, pero aún así ésta es tu casa.” Le dio una agradable y feliz sonrisa a Meng Hao, entonces miró al hombre y fue hacia la cocina.

Pronto, la mesa estaba llena de comida. Mirar a la pareja en frente de él, y la amabilidad en sus ojos, le recordó los tiempos posteriores a que sus padres habían desaparecido. Sin la ayuda del Tío y la Tía Li, las cosas habrían sido mucho más difíciles para él.

“La cosecha no ha sido buena estos años,” dijo la Tía Li, sirviendo algo de comida a Meng Hao. “Hemos dado nuestra casa a nuestro hijo para que se pudiera casar. Ya que este lugar estaba vacío, nos mudamos aquí.” Le dio una mirada cálida. “Dónde has estado todos estos años? Te hemos estado buscando por todos los lados, pero nunca fuimos capaces de encontrarte.”

Meng Hao les escuchó mientras hablaban y sentía su amabilidad en su corazón. Les dijo algún tipo de historia vaga sobre ir viajando a una parte diferente del país a estudiar. Después de que la comida hubiera finalizado, le dio se inclinó respetuosamente ante la pareja.

“Tío Li, Tía Li, me gustaría re-comprar mi casa familiar. Después de todo, mi madre y mi padre es lo único que me dejaron . Aquí hay algunas piezas de plata. Los dos podéis continuar viviendo aquí y ayudar a cuidar el lugar.” Sacó unas cuantas piezas de plata de su túnica y se las dio.

“Esto…” El Tío Li dudó, mirando a su esposa. La Tía Li no dijo nada, pero después de que pasara un momento, asintió.

“Tienes razón,” dijo resueltamente. “esta casa es tuya, dejada para ti por tu padre y madre. Tu Tío Li y yo estamos volviéndonos viejos, por lo que como sugieres, permaneceremos aquí. Pero no necesitamos la plata. Estuvimos cuidando de ti conforme crecías, eres como nuestro propio hijo! Cómo podríamos tomar tu dinero?” Ella puso las piezas de plata de regreso en la mano de Meng Hao.

Meng Hao no dijo nada, en cambio juntó las manos y se inclinó respetuosamente hacia ellos una vez más.

No pasó allí la noche. Al contrario, cogió algunas cosas de la casa que contenían recuerdos, entonces se despidió y salió hacia la oscuridad de la noche. No tomó la plata con él. La dejó en la cama.

Después, sentado con las piernas cruzadas en una cama en una posada, mirando hacia el cielo de la noche, suspiró.

“Ya no pertenezco al mundo mortal, y aún así, es duro cortar todas las ataduras.” Cerró sus ojos. “Bueno, si no pueden ser cortadas, entonces, simplemente las dejaremos tranquilas.”

Al amanecer del siguiente día, Meng Hao encontró la carpintería de la familia Wang. Allí vio al anciano Tío Wang, su cara llena de arrugas, sentado en la tienda mirando hacia la nada. En frente de él había una madera grabada que se parecía a Wang Youcai. El rostro del Tío Wang parecía lleno de una pena imborrable.

Meng Hao pensó por un momento. No estaba seguro realmente de si estaba o no muerto Wang Youcai. Después de ser ascendido a la Secta Interna, había buscado al Pequeño Tigre, entonces habían ido a inspeccionar el área donde Wang Youcai había caído por el precipicio. No encontró ninguna pista sobre lo que había ocurrido.

Con un suspiro, Meng Hao caminó hacia la carpintería.

Sintiendo que alguien llegaba, el tío Wang levantó su cabeza. Cuando vio que era Meng Hao se quedó boquiabierto de la sorpresa. Restregando sus ojos, se plantó, temblando.

“Tú… eres… Meng Hao?”

“Tío Wang, soy yo.” Meng Hao alcanzó a sujetar al anciano.

“Dónde está Youcai?” preguntó. Parecía que no había olvidado los detalles sobre lo que había ocurrido aquel año. Mirando a Meng Hao, de repente parecía entusiasmado. “Los dos desaparecisteis al mismo tiempo ese año. Dónde está él???

“Youcai no ha sido capaz de regresar, por lo que me ha pedido que te entregue un mensaje de su parte,” dijo Meng Hao con una sonrisa. “Regresará en unos cuantos años. Puedes descansar tranquilo, Youcai está viviendo muy bien.” Ayudó al Tío Wang a llegar a su silla, entonces se sentó con él por un tiempo. Le dijo que habían ido lejos a estudiar, y que Youcai tenía tanto talento que había querido continuar estudiando por algún tiempo antes de regresar.

Lágrimas de entusiasmo cayeron por el rostro del Tío Wang. Escuchó la historia de Meng Hao, asintiendo, y parecía como si algunas de las arrugas de su rostro hubieran desaparecido. Meng Hao continuó contándole algunas anécdotas interesantes, y el hombre sonrió.

“Este chico siempre fue listo. Nunca quiso estudiar carpintería de mí. Pasaba todos los días pensando en otras cosas. Bien, bien, si él puede ir a estudiar, es una buena cosa.” La sonrisa del Tío Wang se hizo más ancha. Por la tarde, Meng Hao se fue, acompañado a la puerta personalmente por el Tío Wang.

Pequeño Tigre y Gordito no eran del Condado de Yunjie, sino de los otros dos condados cercanos. Meng Hao no era muy familiar con Pequeño Tigre, pero estaba bastante seguro de que podía cuidarse solo. Por otro lado, definitivamente debía de visitar a la familia de Gordito, para hacerles saber que se encontraba bien.

Gordito se encontraba lo más seguro por el Dominio Sur. Meng Hao suspiró profundamente.

Esa tarde, fue a buscar a Steward Zhou, pero no le pudo encontrar. Después de preguntar por allí, se enteró de que Steward Zhou había cambiado su residencia hace medio año. La gente le comentó que se había mudado a la capital del Estado de Zhao. Descubriendo esto, Meng Hao no realizó más pesquisas y se fue del Condado de Yunjie.

Había muchos recuerdos allí, pero Meng Hao sabía que tan pronto como entró en la Secta Confianza, su camino se redirigió en la dirección del Estado de Zhao y del Dominio Sur.

Se fue en silencio, tomando con él unos pocos objetos que guardó en su bolsa privada: algunas ollas y cuencos y algunas colchas de cama. Las ollas y cuencos se las había dado su padre y las colchas, las había hecho su madre. Para Meng Hao, esas cosas no tenían precio.

Había tres condados debajo del Monte Daqing. Adicionalmente al condado Yunjie, estaba el Condado Yunhai y el Condado Yunkai. El hogar de Gordito estaba en Yunkai.

Era más pequeño que Yunjie, y aunque no era tan bullicioso, estaba rodeado de vastas extensiones de tierra, por lo que era un lugar bastante rico. Esto era especialmente verdad para las grandes familias, que controlaban las grandes propiedades y sus riquezas.

El padre de Gordito era el famoso “Bolsasdedinero” Li del Condado de Yunkai. Por lo que Gordito le había dicho en el pasado, su familia tenía contratados varios cientos de trabajadores, y podía pasar un día entero caminando a través del recinto de la familia, que estaba lleno de sirvientes tanto hombres como mujeres.

Le había dicho que su orinal estaba hecho de plata, sus colchas compradas de la ciudad capital del Estado de Zhao y que, desde la infancia, las sirvientas le calentaban su cama antes de que él fuera a dormir. Estos arreglos habían continuado mientras crecía y era incapaz de recordar cuántas sirvientas había tocado en su vida. En cualquier caso, nunca le había faltado nada de lo que hubiera querido, todo, hasta el momento de su boda había sido acordado. Su prometida era una extremadamente bella y joven mujer de una familia de famosos estudiantes en Yunkai. Su padre había empleado mucho tiempo y dinero, para finalmente dejar todo acordado.

Recordar la expresión de Gordito cuando hablaba sobre ello, hizo que Meng Hao sonriera. Se dirigió hacia el Condado de Yunkai.



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