viernes, marzo 17, 2017

I Shall Seal the Heavens - Volumen 1 - Capitulo 11

ISSTH.

Volumen 1: Patriarca Confianza.

Capítulo 11: Tienda de Ofertas de Píldoras para Cultivo.



No muy lejos de él, Meng Hao vio alguien pidiendo ayuda a gritos. Antes de que la persona pudiera caer fuera de la meseta, la espada voladora del enrome hombre le alcanzó, atravesando su cuello. Cayó en el suelo retorciéndose en medio de un chorro de sangre, dando su último aliento, muriendo. El hombre enorme cogió la bolsa de su víctima y se giró volviendo directamente a la Zona Pública.

Meng Hao observó la espantosa escena, entonces observó qué estaba pasando en la meseta. Los sonidos de las matanzas llegaban con el viento, que al mismo tiempo llegaba cargado del olor a sangre y destrozos hacia el olfato de Meng Hao.

“Puedes volverte rico de la noche a la mañana en este lugar, pero es extremadamente peligroso. Por el cultivo, por las Piedras Espirituales, la gente ponía sus vidas en juego. No es algo que merezca la pena.” Meng Hao frunció el ceño. Había alcanzado casi la cumbre del tercer nivel de Condensación de Qi, pero lo que estaba ocurriendo allí era simplemente demasiado caótico. Sería muy fácil acabar herido, y si te robaban, tendría un efecto que perduraría.

Meng Hao pensó sobre la falta de Piedras Espirituales en su bolsa. Si dependiera de las Piedras Espirituales distribuidas por la Secta, quien sabe cuántos años debería de esperar. Murmurando para sí mismo, miró hacia los participantes en la meseta. Luchaban fieramente, todos y cada uno de ellos había sufrido heridas. De repente, Meng Hao tuvo una súbita inspiración, una idea.

Su idea creció más y más claro, empezando sus ojos a brillar. Se giró y se apresuró en marchase, no hacia la cueva en la Montaña Norte, sino hacia abajo, hacia la Secta Externa. Rodeó la plaza principal y al final llegó a un edificio.

El edificio parecía ser antiguo y estaba rodeado por el fragante aroma de la medicina, inscrito sobre el dintel de la puerta habían varias letras, en las que se podía leer: Taller de Píldoras de Cultivo.

No era la primera vez que iba allí. Realmente, en su primer mes después de ser ascendido hacia la Secta Externa, había ido una vez para comprobar las distintas píldoras medicinales que estaban a la venta. Allí era donde se había enterado sobre las Píldoras de Ayuno que podías comprar para prevenir el hambre por varios días.

La única moneda usada eran Piedras Espirituales y Píldoras de Condensación de Espíritu. Desafortunadamente, el tipo de cambio era bastante injusto. Por ejemplo, una Píldora de Condensación de Espíritu podía intercambiarse por diez Píldoras de Ayuno. Debido a ello, pocas persona s venían aquí, y solía estar bastante frío el ambiente y desierto.

Cuando llegó, Meng Hao no dudó. No era grande por dentro, y sentado con las piernas cruzadas justo en el centro de la habitación había un hombre de mediana edad de aspecto enfermizo. Alrededor de él, en los estantes entrelazados de las estanterías había una gran cantidad de botellas de calabaza, en las que estaban inscritas los nombres de gran variedad de medicinas.

Había Píldoras de Coagulación de Sangre con las que tratar heridas externas, Píldoras de Relajación del Esqueleto para aliviar la fatiga, Píldoras de Refresco del Espíritu, que aumentaban temporalmente la energía y, por supuesto, Píldoras de Ayuno y de Control del Apetito. Había también algunas Píldoras de Crecimiento Óseo, que se podían usar para tratar huesos rotos y destrozados.

Había gran variedad de medicinas, pero su coste era considerable. Para muchas, el coste de tres a diez píldoras era una Píldora de Condensación de Espíritu. Para muchos discípulos de la Secta Interna, una Píldora de Condensación de Espíritu no era demasiado como para conservarla, por lo que varios venían aquí para comerciar con ellas.

Meng Hao dio una vuelta por el Taller de Píldoras de Cultivo murmurando para sí mismo, sus ojos brillando. Entonces, sacó cinco Píldoras de Condensación de Espíritu y las cambió por distintos tipos de medicinas.

Parecía que el hombre enfermizo no solía ver muchos clientes como Meng Hao muy a menudo. Se animó inmediatamente y le entregó las botellas con las medicinas.

Poniendo todas las botellas en su bolsa, Meng Hao se fue, dando un rodeo cuidadoso a través de la selva montañosa de detrás de su cueva. Para el momento en el que llegó, se había hecho de noche.

Se sentó con las piernas cruzadas mirando las cuatro botellas.

“Los sabios dicen, si no gastas, no sacarás beneficio. He pagado un montón ésta vez, y voy a conseguir un montón en retorno.” Tranquilo se confortó a su manera, se plantó y abandonó la cueva, volviendo en poco tiempo con una larga rama de árbol, del grupo de su brazo, junto con una gran cantidad de hojas.

Sacó una túnica verde de la bolsa de Zhao Wugang y la desgarró por las costuras, la cortó en trozos, entonces la puso delante de él. Parecía tener el tamaño correcto, por lo que sacó otra túnica, la cortó por las costuras y la puso con la primera. Las miró, contento.

Lo siguiente que hizo fue machacar las hojas para producir una gruesa masa. Entonces metió sus dedos en la recién hecha tinta y escribió varias palabras en la tela con una caligrafía bien grande.

Lo volvió a mirar, sintiéndose bastante satisfecho, cerró entonces los ojos y empezó a realizar los ejercicios de respiración.

Pasó la noche, en la siguiente mañana, temprano, cogió la rama y dejó la cueva corriendo.

No le tomó mucho tiempo alcanzar la meseta y, aunque era una hora temprana, había ya varios discípulos enzarzados en batallas. La fiereza de la lucha era bastante evidente. Ignorando a los otros Cultivadores, Meng Hao fue hasta las mesas de piedra y caminó hacia la meseta. Sus ojos escanearon los alrededores, hasta alcanzar una roca que sobresalía a lo largo del borde.

Caminó hacia allí y se sentó con las piernas cruzadas en la roca, parecía un pacífico e inofensivo escolar. Ocasionalmente alguien le miraba con una mirada oscura, en ese momento él revelaba su nivel de cultivo. Asustados le dejaban solo. Había decidido esperar hasta que más gente llegara.

El tiempo pasó y, gradualmente, más y más compañeros discípulos llegaron a la Zona Pública. Pronto había unas veinte personas. Algunas de ellas mirándole extrañados, escolar Meng Hao, y empezaron a caminar hacia él. Todo lo que tenía que hacer era revelar un poco su nivel de cultivo y entonces ellos se retiraban impactados.

Después de un tiempo, decidió que había bastante gente. Cogió su bolsa y sacó el trozo de tela. Lo ató a la rama de árbol, en ese momento la clavó en el suelo arcilloso cerca e la roca. La brisa de la montaña levantó la tela, convirtiéndola en una ondeante bandera. Consiguió la atención de unas cuantas personas cercanas, en especial las letras escritas en la tela.

“Tienda de Ofertas de Píldoras para Cultivo.”

Las legras verde oscuro parecían brillar, causando que las caras de los discípulos cercanos de la Secta Confianza cambiaran. Algunos parecían atónitos, otros confusos, algunos se burlaban, otros fruncían el ceño.

“Tienda de Ofertas de Píldoras para Cultivo? Qué significa eso?

“No m e digas que ese chico es un aprendiz de alquimia enviado por la Tienda de Píldoras para Cultivo de la Secta?”

“Él me resulta familiar…”

A lo largo de la meseta, se empezaron a escuchar discusiones después de que Meng Hao enseñara la bandera. Pero después de un poco de tiempo, la lucha y el robo continuaron. Chorros de sangre y gritos no dejaban de ocurrir.

Los ojos de Meng Hao brillaron conforme miraba a la gente en la Zona Pública. No lejos de él, habían dos Cultivadores del segundo nivel de Condensación de Qi, enzarzados en combate., con los ojos rojos. Uno de ellos tenía un hombro abierto debido a la espada voladora de su oponente. La sangre salía a borbotones, y parecía estar en una situación bastante complicada.

“Hermano, ven aquí,” le llamó Meng Hao. “Hermano, los sabios dicen, no es sabio arriesgar la vida de uno cuando se está herido. Pareces estar sangrando bastante profusamente desde tu hombro. No te sería muy beneficios si acabaras muerto. Resulta que tengo una Píldora de Coagulación de Sangre justo aquí, de la Tienda de Píldoras para el Cultivo. Puede curar todas las heridas de espada de tu cuerpo en menos tiempo de lo que se tarda en tomar tres respiraciones.” Conforme hacía su discurso de ventas, los dos luchadores le ignoraron y continuaron luchando. Los ojos del herido se iban poniendo más y más rojos, conforme la herida en su hombro empeoraba. Entonces la sangre empezó a salir también de su pecho, debido a que la espada voladora de su oponente le volvía a golpear.

“Ves, fuiste herido de nuevo,” amonestó Meng Hao a su primer cliente potencial. “Rápido, ven a comprarme una Píldora de Coagulación de sangre! Si no lo haces, acabarás siendo derrotado. Todo lo que tienes que hacer es darme una Pierda Espiritual, y yo te daré la Píldora de Coagulación de Sangre, definitivamente merece la pena.”

“Cállate”, rugió el herido, retrocediendo. “La Tienda de Píldoras para Cultivo puede ser una estafa, pero sólo cuesta una Piedra Espiritual por cinco Píldoras de Coagulación de Sangre. Tú eres peor!”

“Ai, no es caro, tu vida es mucho más preciosa que una Piedra Espiritual. Si mueres, entonces todas las Piedras Espirituales pertenecerán a otra persona. Todo lo que tienes que hacer es comprar algo de mi medicina, y entonces tendrás la oportunidad de ganar y conseguir la bolsa de tu oponente. Todo por el precio de una simple Piedra Espiritual. Es eso caro? No estás comprando medicina, lo que estás comprando es tu propia vida.” Meng Hao se plantó. Quizá sus palabras habían afectado al Cultivador herido. Dio un par de pasos hacia atrás, la duda se mostraba en su cara.

“Maldita sea,” rugió el oponente, apuntando su espada voladora. “Si haces que las cosas empeoren para mí, después de matar a este chico, vendré detrás tuyo!”

“La compro!” dijo el hombre herido, golpeando su bolsa y produciendo una Piedra Espiritual que lanzó a Meng Hao. Meng Hao la cogió en el aire y lanzó una Píldora de Coagulación de Sangre. El Cultivador la cogió y la puso en su hombro. Paró de sangrar casi inmediatamente..

Aliviado, su espíritu se avivó, volviendo de nuevo a la lucha. De repente, su ponente retrocedió, la sangre fluía por su pecho herido.

“Hermano, Hermano,” dijo Meng Hao, cambiando clientes. “Tu oponente me compró una de mis Píldoras de Coagulación de Sangre y ahora está rebosante de energía. Creo que si no me compras una tú también, estarás encarando gran peligro. No solo tengo Píldoras de Coagulación de Sangre, también tengo Píldoras de Relajación del Esqueleto, para contrarrestar la fatiga. Te daré una de cada por un total de dos Piedras Espirituales. Eso garantizará tu sanación y rellenará tu energía. Definitivamente serás capaz de conseguir la victoria.”

“Tú… tú…” dijo el primer hombre indignado. No sabía qué decir. El chico de la Tienda de Ofertas de Píldoras para Cultivo estaba allí para ayudarle o para herirle? Había pasado de una situación miserable a una con esperanza. Entonces, ocurría esto. Atacó más incisivamente con su indignación. La escena que transcurría justo en frente de él era exactamente la misma que cuando había comprado su medicina.

“Si ganas, entonces estarás consiguiendo las Piedras Espirituales y las medicinas de otra persona,” dijo Meng Hao de una forma atractiva, mientras mantenía las píldoras medicinales en su mano. “Realmente merece la pena.”

“Yo las cojo.” Dijo el hombre que ya había comprado una píldora

“Maldita sea, dámelas,” dijo el Cultivador al que primero se las había ofrecido. A pesar de su odio por Meng Hao, escuchando al otro hombre pedir la medicina, le hizo apretar los dientes y abrir su boca.

“Te daré tres Piedras Espirituales!”

“Hermano, está ofreciéndome tres, si no puedes superar eso, le daré la medicina a él, lleva cuidado!”

“Te doy cuatro!”

“Hermano, está ofreciendo cuatro. Cuatro!”

“Cinco!”

“Seis!”

“Maldita sea. Me rindo. Muere!” El Cultivador que había conseguido la ventaja se volvió a Meng Hao , furioso. Al principio, la batalla había sido bastante simple. Pero una vez que Meng Hao se involucró, todo se había complicado. Voló hacia Meng Hao con intenciones asesinas llenando su cara, claramente intentando exterminarle.

Conforme se acercaba, la apariencia de Meng Hao de pacífico escolar y hombre de negocios, cambió de repente, creciendo sombría y severa. Justo antes de que el Cultivador le alcanzara, dio un paso adelante, sacudió su mano derecha hacia delante, apareciendo energía espiritual con una explosión.

El Cultivador se retiró rápidamente, sobrecogido por la energía espiritual de tercer nivel de Condensación Qi de Meng Hao. El ataque le había hecho caer inconsciente.

Meng Hao le arrebató su bolsa y entonces su sombría y severa expresión cambió, volviendo a ser de nuevo el débil escolar. Todos los espectadores estaban impactados.

“Hermano, creo que acababas de ofrecerme seis Piedras Espirituales,” dijo tímidamente, pareciendo un poco avergonzado.

Las caras del otro Cultivador palideció, y su cuerpo tembló. Miró boquiabierto a Meng Hao con asombro y terror. Cómo podría haber imaginado que las cosas se volverían de esa forma? Cómo podía una persona de una apariencia débil y frágil cambiar tanto? Era como si todo hubiera sido solo un sueño.


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