lunes, marzo 20, 2017

I Shall Seal the Heavens - Volumen 1 - Capitulo 25

ISSTH.

Volumen 1: Patriarca Confianza.

Capítulo 25: Soberano del Cielo.



“Este tesoro debe de tener una historia especial.” Meng Hao balanceó la espada de madera, entonces la clavó en el suelo. Fue muy fácil. Sonriendo, Meng Hao la sacó, estaba más feliz incluso que antes.

De repente, levantó su cabeza, mirando sorprendido. Sintió que la energía espiritual de la Cueva Inmortal era de repente más escasa que antes. En realidad, parecía estar desapareciendo completamente.

Aunque no fuera una gran cantidad de energía espiritual primeramente, que toda ella desapareciera no debería de ser posible. La energía espiritual era el Qi del cielo y la tierra, que latía a través de varias montañas como si fueran grandes arterias. La Secta Confianza era un lugar así, debería de ser imposible que la energía espiritual desapareciera sin ninguna razón.

Curioso, Meng Hao estabilizó su Qi y se concentró, usando todos sus sentidos. De repente, miró a la espada de madera, con la cara cubierta de incredulidad. Había descubierto que toda la energía espiritual de la habitación había sido absorbida por la espada de madera.

“La espada… puede absorber energía espiritual?” Meng Hao estaba asombrado. Después de un momento, golpeó su bolsa y produjo una Piedra Espiritual. Después de ponerla cerca de la espada, observó cómo la Piedra Espiritual se iba volviendo oscura en el plazo de diez respiraciones.

Recogió la Piedra Espiritual, sintiéndose un poco triste por la pérdida de una Piedra Espiritual, pero excitado al mismo tiempo.

“Esta espada… es realmente un gran tesoro.” Miró a la espada con determinación, entonces, lentamente pasó un dedo por ella, fácilmente se produjo un corte, Meng Hao se centró en su base de Cultivo, sintiendo cómo la energía espiritual de su cuerpo era succionada continuamente a través del corte.

Cubrió su dedo, el entusiasmo se reflejaba en sus ojos. En unos momentos, la herida estaba curada, y Meng Hao miró a la espada, riendo como un tonto.

“Si uso esta espada cuando luche con un usuario de magia, todo lo que necesito hacer es cortarle, y toda su energía espiritual será drenada y podré pasar por encima de él. Que mal que solo tenga una, si tuviera dos, o diez, o cien, entonces, podría drenar la energía espiritual de mi oponente más rápido, cómo de sorprendente sería eso…?” Una imagen apareció en su mente en la que blandía cien espadas de madera, todas clavándose en el cuerpo de Wang Tengfei.

Su viaje hacia la montaña negra, y gastar todas esas Piedras Espirituales, había realmente merecido la pena.

Con ese pensamiento, respiró profundamente y sacó el espejo de cobre.

“Me pregunto cuántas Piedras Espirituales….” Dudó por un momento, pero no pudo para de pensar cómo de sorprendente era la espada. La puso en el espejo, tan pronto como tocó la superficie, el espejo relució, y la espada fue absorbida dentro. Meng Hao nunca había visto esto ocurrir antes, y le causó un shock. Intentó coger el espejo para pararlo, pero fue demasiado lento. La espada de madera se había ido.

“Qué está pasando? Maldito espejo, pasé por un montón de situaciones duras y dolorosas para tener esa espada, tú, tú, tú… ok, cálmate, cálmate.” Sufriendo un poco, se forzó a sí mismo a calmarse. Después de considerarlo por algún tiempo, sacó una Piedra Espiritual y la puso en el espejo. Desapareció.

“Hmm, realmente ha empezado el proceso de duplicación?” El corazón de Meng Hao se desbocó, y con una expresión ansiosa, puso otra Piedra Espiritual. Una, dos, tres… Una expresión descorazonada apareció en su cara. El espejo era como un agujero sin fondo. Después de que mucho tiempo había pasado, Meng Hao había puesto ya doscientas Piedras Espirituales en él.

“Maldición, maldición….” Quería parar, pero se resistía a no conseguir nada llegado a ese punto. Además, sabía que si se rendía ahora, significaría esencialmente que debería de dejar de usar la habilidad del espejo de duplicación.

Únicamente podía aguantar su frustración y poner más Piedras Espirituales. Trescientas, cuatrocientas, y así siguió hasta poner mil. Se puso pálido, su mano temblaba conforme ponía otra Piedra Espiritual.

“Cuándo terminará esto, espejo? Estás robando todas las piedras espirituales que tengo?” . Apretó sus dientes, había ya perdido mil Piedras Espirituales. No podía dejarlo ahora. Con los ojos inyectados en sangre como un jugador adicto, sacó más Piedras Espirituales. Finalmente, cuando puso la piedra dos mil, el espejo empezó a brillar con una luz brillante y multicolor, indicando que la duplicación había empezado. En ese punto, Meng Hao estaba un poco atontado. Se quedó mirando enmudecido a la luz multicolor, que lentamente se disipó después de unos cuantos segundos.

Cuando la luz se fue, había dos espadas de madera idénticas en el espejo.

Cuando las vio, algo de color volvió a su cara. Las cogió, sintiendo una mezcla de emociones, desde tristeza, a ira o a dolor. Todo lo que podía hacer era consolarse a sí mismo.

“Está bien, no hay problema,” murmuró para sí mismo a través de los dientes apretados. “Qué son dos mil Pierdas Espirituales de todas formas? Solo una nimiedad. No puedes conseguir algo nuevo sin dar a cambio algo viejo. Es lo correcto para tener dos de esas espadas de madera.” Dijo la palabra “nimiedad” con un poco de amargura. Rápidamente puso el espejo de cobre aparte y miró otra vez a las dos espadas de madera. Se sentó por un tiempo pensando en su poder. Lentamente, empezó a calmarse.

La determinación llenó de nuevo sus ojos. Después de un tiempo, puso las dos espadas de madera aparte. En cuanto a la segunda espada, valía dos mil Piedras Espirituales por lo que a Meng Hao concernía.

Con una risa amarga, se sentó con las piernas cruzadas en meditación, esperando a que la energía espiritual en la Cueva Inmortal regresara. De repente, se abrieron sus ojos, sacó el Núcleo Demoníaco de su bolsa.

“Aunque pienso que puedo avanzar al quinto nivel de Condensación Qi, quien sabe cuánto progresará mi base de Cultivo cuando tome ésta píldora…”

Con una mirada decidida, tragó el Núcleo Demoníaco y cerró los ojos. Su cuerpo empezó a vibrar. El Núcleo Demoníaco se disolvió en una increíble y densa riada de energía espiritual que instantáneamente inundó a Meng Hao.

La densidad de esta energía espiritual iba más allá de cualquier otra píldora medicinal que Meng Hao hubiera consumido antes. De hecho, no había forma de compararlo a nada. El Núcleo explotó con un brillo blanco, barriendo todo por el cuerpo de Meng Hao. Empezó a salir sangre por su boca y su cuerpo se sacudió. Pero aguantó, y el Núcleo creció más y más grande. Momentos después, Meng Hao experimentó un sentimiento ilimitado.

Con cada expansión pulsante, sentía un severo dolor y su cuerpo se agitaba incluso más fuerte. Su cara se puso pálida y apretó sus dientes tan fuertes como pudo.

Entonces el lago del Núcleo empezó a removerse y arremolinarse, y un asombroso nivel de poder espiritual empezó a formarse. A parte del daño, Meng Hao pudo sentir a la base de su Cultivo expandirse desde la fase inicial del quinto nivel a la fase media. El tiempo pasó, aunque no estaba seguro de cuánto. Acompañado por un estruendo en el lago del Núcleo, su base de cultivo escaló aún más alto, hacia la cima del quinto nivel.

Entonces, su cabeza zumbó, y la base de su cultivo avanzó de repente a través del quinto nivel y entró… en el sexto nivel de Condensación Qi!

Y no solo a la fase inicial del sexto nivel, continuó aumentando a la fase media del sexto nivel. Entonces, lentamente empezó a parar. Las ropas del cuerpo de Meng Hao fueron reducidas a cenizas. Sólo las bolsas permanecían a su lado. Suciedad negra le cubría completamente, pero si mirabas más de cerca, podías ver cómo su piel brillaba translúcida, como si rayos del sol de la mañana emanaran de ella.

Su pelo estaba más largo, alcanzando sus hombros, y era un poco más alto. Su cuerpo ya no parecía frágil y débil, en cambio parecía alto y esbelto.

Sus rasgos todavía eran morenos, pero su expresión brillaba con una fuerza difícil de describir, como si fuera de otro mundo.

Su lago del Núcleo hervía y se agitaba, llenando todo su cuerpo. Profundamente en él descansando, el Núcleo Demoníaco se aposentó. Por alguna razón, no se disolvió, sino que se quedó quieto, asentado.

Si solo estuviera sentado allí, no abría nada sobre lo que pensar. Pero cuando su base de Cultivo alcanzó el sexto nivel, su cabeza zumbó, y con el zumbido, sintió el empuje indefinido de algún tipo de Legado. Parecía estar emanando desde el Núcleo Demoníaco, posándose en su mente como una marca de hierro.

Debía de ser algún tipo de Legado de Sangre proveniente del Dragón de Lluvia volador, dejado allí para sus débiles y jóvenes descendientes. Como si aproximándose la muerte, hubiera fusionado el Legado en su Núcleo Demoníaco. La pitón demoníaca debía de intentar de consumirlo después de mudar su piel, y por supuesto, Wang Tengfei, poseyendo una conexión de Sangre con el Legado, había deseado eso mismo. Tristemente… Meng Hao llegó primero.

Meng Hao se encontró de repente en un sueño. Estaba volando en el medio del cielo, regañando a los altos cielos, balanceando la tierra, rodeado de vientos agitados y nubes. Era el Señor del cielo, y cuando las otras bestias voladoras le miraban, temblaban como si hubieran perdido la cualificación para bolar, y le dejaran matarlas.

Era un soberano de los Cielos, Elegido, adorado por todas las criaturas. Parecía ocurrir en una era antigua, hacía mucho tiempo.

El sentimiento de volar por el cielo hizo que Meng Hao se volviera loco, casi enamorado de ése sentimiento. Voló por un largo tiempo, y en todo ese tiempo, una multitud de vieras bestias se retiraban de él con miedo, e incontables personas en el suelo se postraban en adoración.

Con el viento y la tierra debajo de él, sólo los cielos podían comparársele, pero como su Programar igual.

Entonces, alcanzó un lago, bajó su cabeza para mirarse. Era un dragón, varias decenas de miles de metros de largo, con dos masivas alas, cada una también de varias decenas de miles de metros de largo. Poseía un indescriptible poder con el que podía dar forma al mundo.

Su cabeza era fiera y salvaje, y tenía una increíblemente larga cola. Todo ello sumergido en una nobleza sin límites que creaba un zumbido eléctrico en la cabeza de Meng Hao. Su mente parecía abrirse, y una voz sonó.

“Soy el Dragón de Lluvia Alado de tiempos antiguos!” Eso llenó su mente, llenando el mundo, y lo dejó todo temblando. Todas las criaturas vivientes rugieron. El Qi del anciano Dragón de Lluvia Alado y los vasos sanguíneos que hacía tiempo se habían desvanecido de la tierra, aunque algunos de sus descendientes todavía existieran. Aunque fuera de forma débil, el Legado todavía existía.

En ese mismo momento, en la Montaña Este en la Secta Confianza, en su Cueva Inmortal la cara de Wang Tengfei estaba pálida. La furia en su corazón le había hecho volverse loco. Había probado el fracaso, y estaba pasando un tiempo difícil para aceptarlo. Sin importar cuántas veces intentara usar la Gota de Sangre para sentir el Legado o a su oponente, nada ocurría. No sabía qué estaba pasando.

“Lo has encontrado?” preguntó Wang Tengfei, suprimiendo la furia en su corazón conforme levantaba su cabeza para mirar al joven que estaba en frente de él, que no era otro que el joven que le había acompañado ese día aparte de Shangguan Song.



<< ATRAS       ==  LISTA DE CAPITULOS  ==       SIGUIENTE >> 


No hay comentarios:

Publicar un comentario